El Ayuntamiento de Manises ha vuelto a levantar la voz contra la ampliación del aeropuerto de València-Manises, después de que ayer el Gobierno de España y AENA anunciaran en Alicante un ambicioso plan de inversiones de 13.000 millones de euros para el periodo 2027-2031.
El aeródromo valenciano, por su ubicación estratégica y crecimiento de pasajeros, ha sido señalado como una de las infraestructuras clave del programa, lo que ha generado un nuevo choque de visiones entre la administración local y el gestor aeroportuario.
El consistorio denuncia que AENA ha hecho oídos sordos a los escritos enviados respecto al Plan de Ruido y a las reiteradas solicitudes de reunión tanto con la empresa pública como con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. En la última reunión celebrada en julio con la Dirección General de Aviación Civil ya se pidió una respuesta formal a las alegaciones presentadas por el municipio, pero según el gobierno local, a día de hoy no se ha recibido contestación ni se conocen los detalles concretos del proyecto de ampliación.
“Los vecinos y vecinas de Manises siguen sin saber hasta qué punto se verán afectados por las obras y el incremento de operaciones que estas traerán consigo”, lamentan fuentes municipales. El Ayuntamiento insiste en que la ampliación de la terminal y la mejora de las instalaciones supondrán un aumento del tráfico aéreo, con consecuencias directas en forma de ruido, contaminación y pérdida de calidad de vida.

Un plan estratégico para absorber el crecimiento
El malestar del municipio contrasta con el entusiasmo expresado ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y por el presidente de AENA, Maurici Lucena, durante la presentación del plan DORA (Documento de Regulación Aeroportuaria) 2027-2031 en el aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández.
En el caso de Valencia, las actuaciones previstas incluyen la ampliación de la terminal principal, la instalación de un nuevo control de seguridad con tecnología avanzada, la construcción de puertas de embarque con pasarelas y mejoras en accesos, aparcamientos y áreas logísticas. Todo ello responde, según AENA, al crecimiento récord del tráfico aéreo en la Comunitat Valenciana: se estima que uno de cada diez viajeros en España pasará por la región, lo que supone unos 30,2 millones de pasajeros en los próximos años.

Temor a los efectos sobre la ciudadanía
Sin embargo, desde el consistorio de Manises se subraya que los beneficios económicos que se derivan del turismo y del aumento del tráfico aéreo no deben anteponerse a la salud y el bienestar de la población local. “Se quiere crecer sacrificando la calidad de vida de miles de vecinos”, denuncian, recordando que las molestias son ya una realidad diaria en forma de ruidos y vibraciones.
Por ello, el Ayuntamiento reclama la apertura de un proceso real de diálogo con todas las administraciones implicadas y con las aerolíneas, además de exigir compensaciones sociales, medioambientales y económicas para mitigar el impacto sobre la población.

Un pulso que marcará el futuro del aeropuerto
El enfrentamiento entre el Gobierno central, que ve en la ampliación una apuesta estratégica para la economía española, y el Ayuntamiento de Manises, que denuncia opacidad y perjuicios vecinales, pone de manifiesto la complejidad de equilibrar el desarrollo de infraestructuras clave con la sostenibilidad social y medioambiental.
A falta de la aprobación definitiva del DORA 2027-2031, el futuro del aeropuerto de Valencia-Manises queda en el centro de un debate que no solo enfrenta a instituciones, sino que también marcará la relación entre el crecimiento turístico y económico y el derecho al bienestar de la ciudadanía.











