Los huevos rotos pueden transformarse en materias primas para el calzado o la cerámica. Un proyecto de innovación en la Comunitat Valenciana trata los huevos de gallina que se rompen en los centros de embalaje y transformarlos en materias primas de valor para los sectores agroalimentarios, cerámico y del calzado.

Con la parte inorgánica del huevo, es decir, con la cáscara, el consorcio prevé obtener bio-carbonato cálcico, un material que podría emplearse como una materia prima en la formulación de fritas para baldosas cerámicas o para la fabricación de suelas de calzado, señalan desde ITC e Inescop.

Por otro lado, la clara, la yema y la membrana se usarán en la producción de nuevos bioproductos de contenido proteico destinados al desarrollo de biopolímeros para la industria del cuero, mientras que, en el ámbito agrícola, se atisban otras aplicaciones alternativas centradas en el desarrollo de la agricultura ecológica y la producción de bioestimulantes basados en aminoácidos libres, que reducen el impacto ambiental respecto de los fertilizantes sintéticos.

Esta iniciativa que impulsa la economía circular y la simbiosis industrial entre empresas de diferentes sectores de actividad propone una solución integral a un problema, el de la rotura accidental de huevos, que solo en la Comunitat Valenciana genera alrededor de 2300 toneladas de huevos rotos de desechos al año.