El municipio alicantino de Jávea es uno de los sitios más visitados por los valencianos durante las vacaciones estivales. Sin embargo, este año las playas estarán más restringidas que nunca. El objetivo es garantizar el cumplimiento de las distancias de seguridad para evitar un rebrote del coronavirus.
El consistorio municipal ha anunciado la elaboración de un protocolo de contingencia específico para sus playas ante la pandemia. Por primera vez se establecerá un cupo máximo en las playas y calas para que los bañistas acudan de forma segura.
Además, se ha descartado establecer un sistema de reserva previa. Por ello, la ocupación será en base a la hora de llegada. Serán los vigilantes de seguridad del consistorio y los jóvenes informadores de la Generalitat quienes regulen esto día a día.
2.575 PLAZAS PARA BAÑISTAS A PARTIR DEL 1 DE JULIO
El concejal responsable, Toni Miragall, ha avanzado cuales son los números establecidos en las principales zonas de baño. Para ello han tenido en cuenta sus dimensiones y que cada persona tenga un espacio de unos 4 metros cuadrados.
Según los datos, en el Arenal se ha establecido un máximo de 2.000 bañistas, 225 en La Grava, 200 en la Granadella y 150 en la Barraca o Portitxol. Respecto al resto de zonas costeras de la localidad no se ha establecido ningún protocolo de aforo.
No obstante, el concejal ha apuntado que el número de bañistas no es algo fijo. Este podrá variar una vez se visualice cómo queda la ocupación en la playa o si cambian las directrices sanitarias.
LAS NUEVAS NORMAS PARA IR A LAS PLAYAS DE JÁVEA
En la Grava y el Arenal se marcarán entradas y salidas por las que accederán los bañistas. Además, en el caso del Arenal sí se permitirán actividades lúdicas como el vóley siempre que el grado de ocupación no sea máximo.
Mientras, en el Portitxol y la Grandella se repetirá el sistema de control de vehículos con una barrera que se bajará cuando el aforo esté completo. En este sentido, también se coordinará un sistema con los locales hosteleros a pie de playa para que puedan pasar sus clientes si quedan áreas de aparcamiento y aunque la playa esté ya llena.
Otra de las consecuencias de la obligatoria reducción del número de bañistas es que este año no se ofrecerá servicio de transporte público (trenet) a la Granadella. Esto se debe a que la bolsa de aparcamiento disponible es suficiente para el aforo fijado.