Las Rocas del Corpus vuelven a casa totalmente restaurada, la semana que viene concluye la estancia en la Estación del Norte. El lunes día 5, por la noche, las carrozas e imágenes que han estado expuestas en la terminal durante los trabajos de rehabilitación de la Casa de las Rocas retoman el viaje de vuelta a las instalaciones de la calle Roters.
Las obras de la casa museo dedicada a la festa grossa, que data del siglo XV, empezaron el pasado mes de marzo y han contado con un presupuesto de cerca de 290.000 euros. Los cuatro carros triunfales, las dos figuras religiosas, los gigantes, los nanos y los cavallets que han permanecido cerca de cinco meses a la Estación del Norte se trasladarán nuevamente a la Casa de las Rocas. Personal especializado en restauración supervisará el desplazamiento, que se hará en horario nocturno. En algunos casos, requerirá desmontar las figuras a causa de sus dimensiones. El transporte está autorizado y vigilado por la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura.
Durante este tiempo el vestíbulo de la terminal ha acogido la muestra “Las Rocas de València en la Estación del Norte”. La iniciativa se puso en marcha con un doble objetivo: que ninguna pieza sufriera daños durante las obras, y para poner en valor la celebración del Corpus en un espacio que frecuenta mucha gente. Más de 30.000 personas han podido conocer cada día el origen y la importancia de la festa grossa, arraigada a la historia de la ciudad desde el año 1355, cuando se celebró la primera procesión, y declarada bien de interés cultural en 2005.
Concretamente, se han exhibido en la terminal las carrozas de la Mare de Déu dels Desemparats, la Santíssima Trinitat, la Fe y el Sant Calze; las imágenes de Sant Cristòfol y la barca de Sant Nicolau, y ocho figuras más, entre gigantes, nanos y cavallets. Otros elementos históricos custodiados en la Casa de las Rocas, como Sant Miquel, la Diablera, la Puríssima, Sant Vicent, València y la Flama, pasaron en el espacio vecino del Museo del Corpus durante la intervención. La única carroza que no se ha movido es la de Sant Joan de Ribera, con las medidas necesarias para que no le afectaran los trabajos de restauración.