La Marina de València se ha convertido en foco de la polémica por las esculturas sexuales del artista Antoni Miró. Muchos padres se han escandalizado al pasear con sus hijos y encontrarse con las piezas de metal que muestran el sexo de una manera explícita.
Las esculturas se encuentran junto al edificio Veles e Vents, pegadas al agua hay más de 10 planchas de metal de grandes dimensiones. Una iniciativa dentro del nuevo espacio creativo y cultural en la antigua sede del equipo suizo de la Copa del América de Vela. La exposición evoca al arte griego donde se aprecian con claridad genitales masculinos y femeninos en plena acción.
Mientras los más jóvenes se lo han tomado a risa y no han dudado en hacerse un selfie para que lo vean sus amigos, los más mayores lo consideran una guarrada, hay escenas muy explicitas en un lugar por donde pasan muchos turistas y familias con niños.