Azuébar, un pequeño municipio de 365 habitantes en la comarca del Alto Palancia (Castellón), es un ejemplo de cómo la gestión cercana, proactiva y con visión europea puede marcar la diferencia en el medio rural. Así lo transmite su alcaldesa, Jessica Miravete, quien en su segundo mandato también ejerce como presidenta de la Mancomunidad del Alto Palancia. Miravete analiza los logros y desafíos de su gestión, la lucha contra la despoblación, los proyectos impulsados desde Europa y la importancia del trabajo conjunto entre administraciones.
Jéssica Miravete recuerda los difíciles primeros años de mandato, marcados por la pandemia y un incendio forestal que obligó a desalojar el municipio. Sin embargo, esta segunda legislatura avanza con mayor tranquilidad, lo que ha permitido retomar y ejecutar proyectos estratégicos como la rehabilitación del Castillo de Azuébar. “Nuestro castillo es nuestro símbolo. Ya llevamos invertidos cerca de 700.000 euros, y gracias a la ayuda de la Generalitat podremos restaurar la torre oeste y parte del muro”, explicó la alcaldesa.
Además del patrimonio histórico, el Ayuntamiento apuesta por dinamizar el entorno con actividades culturales, visitas guiadas y la creación de un mirador con vistas al Parque Natural de la Sierra de Espadán. “Queremos dotarlo de contenido y convertirlo en un motor de atracción turística”, afirmó.
La despoblación, una lucha continua de los municipios de interior
Uno de los principales desafíos que afronta Azuébar, como tantos pueblos del interior, es la despoblación. Aunque en los últimos años la población ha aumentado ligeramente, la estructura demográfica sigue siendo envejecida. Para combatir esta tendencia, el consistorio ha reforzado la prestación de servicios públicos. “Tenemos guardería, colegio, médico diario, farmacia, enfermería, centro de mayores… Es clave para que las familias puedan desarrollar su proyecto de vida aquí”, destaca Miravete. Próximamente se instalará también un cajero automático, una vieja demanda del vecindario.
En materia de vivienda, se han impulsado ayudas a la compra y rehabilitación de inmuebles en municipios en riesgo de despoblación. “La calidad de vida que ofrece un pueblo como Azuébar no la da una gran ciudad, y encima los precios son mucho más asequibles”, aseguró.
La localidad también participa por primera vez en un proyecto Erasmus Plus para adultos, en colaboración con pueblos de Italia y Portugal. “Queremos mantener activos a nuestros mayores y promover el traspaso de conocimientos entre generaciones. Está siendo una experiencia muy enriquecedora”, afirmó la edil.
Durante los meses estivales, la población de Azuébar se triplica, alcanzando más de 1.000 personas. Para ello, se refuerzan los servicios de limpieza y actividades culturales. “Las fiestas de San Juan marcan el inicio del verano, pero las grandes son en agosto, con actos para todos los públicos”, comentó con entusiasmo.
El Alto Palancia, una comarca con gran entorno natural
Desde la presidencia de la Mancomunidad del Alto Palancia, Miravete lidera un organismo que agrupa a 28 municipios. Entre sus prioridades destaca el refuerzo de los servicios sociales, la promoción de empleo a través del turismo sostenible y el impulso de la marca gastronómica Sabores Alto Palancia. “Somos una tierra rica en productos: trufa, miel, aceite, vino… y eso también es un atractivo turístico”, defendió.
Respecto a los riesgos climáticos, la alcaldesa subrayó la importancia de la prevención. “Tras el incendio de 2022, hemos intensificado la limpieza de los montes. También participamos en jornadas con la Generalitat para estar preparados ante emergencias”. El plan incluye formación en gestión de crisis y protocolos de actuación municipal.
Al cierre, Miravete reflexiona sobre lo que significa ser alcaldesa de su pueblo. “Es un orgullo representar a Azuébar. A veces creemos que otros deben hacer las cosas por nosotros, pero es hora de que nos impliquemos. Solo así nuestros pueblos seguirán teniendo vida todo el año”.