Enrique Chisbert, inspector jefe del Cuerpo de Bomberos de Valencia, ha comparecido en la comisión municipal creada para evaluar la respuesta a la DANA que afectó a la ciudad a finales de octubre. En su intervención, Chisbert ha destacado las dificultades de gestionar una emergencia de esta magnitud en un contexto de alta incertidumbre meteorológica.
«Aemet no lo tenía claro, y nosotros trabajamos con la información que se dispone, pero si se tiene incertidumbre… Tú tomas decisiones con la información que tienes. Con más información se podría haber hecho algo más«, ha asegurado.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió alertas en distintos momentos del día. Sin embargo, según Chisbert, la primera notificación relevante llegó a las 20:04h., cuando se reportó la entrada de agua en las instalaciones de Valencia Sud de Metro.
Los bomberos enviados al lugar se encontraron con la Guardia Civil, que evacuaba a residentes de Paiporta. Allí observaron una masiva entrada de agua hacia la pedanía de La Torre. Desde ese momento, se redirigieron recursos hacia las áreas más afectadas.
A medida que avanzaba la noche, la situación se agravó. A las 21:30h. se consideró la posibilidad de un desbordamiento del río Turia, lo que podría haber dejado aislado el puesto de mando de los bomberos, comprometiendo la operación. «Se trabaja con la hipótesis de un posible desbordamiento del Turia y la inundación en la confluencia con la riada. Había mucha incertidumbre. Pudiéramos habernos quedado seriamente comprometidos y haber descabezado la operación. Sin esos medios hubiera sido fatídico».
Rescates heroicos en medio del caos
La noche del 29 de octubre fue especialmente crítica. Chisbert ha relatado rescates de más de 20 personas atrapadas en techos de vehículos y fachadas, así como el salvamento de tres mujeres, incluyendo una anciana, en una casa con 1,5 metros de agua. También se rescataron 13 personas de un autobús, 12 de un lavadero, y otras que se aferraban a farolas o estructuras similares para sobrevivir. Incluso un bombero quedó atrapado momentáneamente en una farola durante las operaciones.
Entre el 29 y el 31 de octubre, un total de 376 bomberos trabajaron incansablemente en 681 servicios extraordinarios, sumando aproximadamente 7.500 horas de trabajo. En los primeros días, se movilizaron refuerzos para complementar a los efectivos de guardia, mientras que 71 miembros del cuerpo estaban bloqueados o no operativos por diversas razones.
La estrategia incluyó la inspección de sótanos y bajos, el despeje de calles bloqueadas y la habilitación de un centro de asistencia social. El trabajo en el subsuelo fue particularmente complejo, ya que se tuvieron que achicar millones de litros de agua de 60 plantas subteráneas llenas de vehículos arrastrados por la corriente.
Evaluación y prioridades de actuación
Durante los días posteriores a la DANA, se utilizó tecnología de drones para evaluar daños y definir prioridades. Las calles bloqueadas por vehículos y escombros representaban un gran obstáculo para los servicios de emergencia. Chisbert ha destacado que, entre el 29 de octubre y el 14 de noviembre, se realizaron 881 servicios, aunque muchos no se pudieron contabilizar debido a la simultaneidad de las intervenciones.
Se establecieron puntos de atención para la población, incluyendo centros de asistencia sanitaria y social, y se movilizó a una gran cantidad de voluntarios que contribuyeron en la recuperación de la normalidad. Las acciones también incluyeron la reparación de infraestructuras afectadas y la eliminación de materiales peligrosos acumulados por la inundación.
Propuestas de mejora para el futuro de Valencia
En su comparecencia, Chisbert ha propuesto varias medidas para mejorar la respuesta ante futuras emergencias. Entre ellas, ha destacado la necesidad de un estudio detallado de los riesgos en Valencia, sistemas de seguimiento mediante cámaras en tiempo real, campañas de concienciación ciudadana y planes de evacuación para zonas de mayor riesgo.
Además, ha enfatizado la importancia de tener un protocolo claro para gestionar infraestructuras clave como garajes subterráneos, donde se acumuló gran parte del agua y los escombros.
Enrique Chisbert ha subrayado que, aunque se hicieron esfuerzos heroicos, la incertidumbre inicial fue un factor limitante. «Tomamos decisiones con la información disponible, pero con más datos podría haberse actuado mejor«, ha concluido llamando a reforzar los sistemas de prevención y coordinación para el futuro.