La incógnita de cuánto lloverá en la próxima campaña que comienza en octubre mantiene disparado el precio del aceite de oliva en España. La escasez de producto por la sequía y la inflación de los últimos meses ha disparado el precio del que, hasta ahora, era uno de los alimentos básicos en la cocina.
La botella del aceite de oliva virgen extra ya se vende en muchos supermercados como un artículo de lujo. Tanto que, en muchos de ellos ya se pueden ver con precinto de seguridad y un precio histórico que supera los 10 euros por litro.
Según el Observatorio de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva) la cotización del virgen extra en producción es 8,1 euros por kilo, del virgen en 7,6 euros y del lampante en 7,3 euros.
Ante estos precios, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado esta semana una «fuerte especulación» en torno al precio del aceite de oliva que durante el último mes se ha incrementado un 15 % en su categoría virgen extra.
EL SECTOR SE DEFIENDE
Las organizaciones agrarias COAG y UPA piden controles en la cadena alimentaria y rechazan que los olivareros se estén lucrando cuando han tenido que afrontar altos costes de producción.
Las cooperativas insisten en que si el precio final está tan alto no es por la especulación o márgenes empresariales, sino por la falta de producto y la previsión de una nueva campaña mala, por lo que reclaman ayudas y mecanismos para garantizar el riego en tiempos de sequía como el actual.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, ha destacado la sequía como el principal factor del encarecimiento del aceite y estimado que los precios bajarán en picado si en las próximas semanas llueve con intensidad.
REDUCCIÓN DE VENTAS UN 18% EN 7 MESES
Ante esta realidad, las ventas del aceite de oliva en España se han reducido un 18,22 % en los siete primeros meses del año tal y como ha dado a conocer la Asociación Nacionales de Indutriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestible (Anierac).
Esta bajada de ventas la sufren también el aceite de orujo, el de girasol y el de colza. Por contra, los españoles compran cada vez en mayor cantidad el aceite de semillas que ha incrementado su venta en un 46,07 %.