Salir a cenar y beber un par de cervezas o una copa de vino mientras transcurre la velada podría ser próximamente cosa del pasado si después se va a conducir. El Gobierno de Pedro Sánchez baraja endurecer la tasa de alcohol a todos los conductores que circulen por el territorio español.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha sido el responsable de anunciar el posible endurecimiento de las normas de tráfico. Según ha explicado esta mañana en la celebración del Fórum Europa, el Consejo Nacional de Seguridad Vial ha trasladado al Gobierno la necesidad de modificar y bajar los niveles de alcoholemia.
«Lo estamos trabajando seriamente», ha admitido Marlaska. «La realidad es que en más de la mitad de los siniestros aparece el elemento del alcohol o la droga como determinante. Creo que la sociedad española está madura para abordar el tema», ha señalado.
El responsable de Interior ha recordado que en los países de la Unión Europea la media de fallecimientos en las carreteras es de 47 defunciones por millón de habitantes. En el caso de España se está por debajo de esa cifra con 36 fallecimientos por millón de habitantes. Sin embargo, el objetivo es situarse a los niveles de Suecia y Dinamarca donde el ratio es de 20-25 fallecidos por millón de habitantes. «La seguridad vial es una de nuestras prioridades», ha remarcado.
LA TASA DE ALCOHOL PASARÍA DEL 0,5 AL 0,2 G/L
A día de hoy la tasa de alcohol en España se sitúa en los 0,5 g/l en sangre (0,25 mg/l en aire respirado). La cifra se endurece si el conductor es novel o profesional pues en estos casos la tasa permitida es de 0,3 g/l en sangre (0,15 mg/l en aire respirado).
Aunque este verano la Dirección General de Tráfico (DGT) ya avanzó la posibilidad de endurecer la tasa para noveles y profesionales, finalmente todo apunta a que se unificará a una única tasa. El objetivo del Gobierno sería seguir la línea de Suecia, también empleada en Estonia y Polonia, y establecer la tasa de alcohol en un 0,2 g/l en sangre.
¿CON QUÉ BEBIDAS SE DARÍA POSITIVO?
El índice de alcoholemia depende de varios factores como el tipo de bebida, el peso corporal, el sexo, la tasa de metabolismo o la comida ingerida, entre otros. Por ejemplo, las personas más pesadas o con un metabolismo rápido pueden procesar el alcohol más eficientemente.
Una cerveza estándar de 330 ml contiene aproximadamente 12 gramos de alcohol, conducir con 0,5 g/l en la sangre para una persona promedio (70 kg) puede alcanzarse con aproximadamente dos cervezas. Sin embargo, la situación cambia al hablar de una tasa del 0,2 g/l. Con solo una cerveza o incluso menos, una persona alcanzaría o superaría el límite aunque todo dependiendo de los factores físicos mencionados.
Lo mismo sucedería con el resto de bebidas alcohólicas. Una copa de vino de 150 ml tiene alrededor de 18 gramos de alcohol. Por ello, dos copas de vino podrían llevar a un límite cercano a los 0,5 g/l, dependiendo del organismo. Con la nueva tasa, media copa de vino podría ser suficiente para alcanzar 0,2 g/l.
Respecto a otras bebidas alcohólicas, una copa con 45 ml de whisky, vodka o ron tiene unos 14 gramos de alcohol. Aproximadamente tres tragos pueden acercar al límite legal actual pero si la tasa bajase a 0,2 g/l se reduciría a un solo trago pues con este se llegaría al límite e incluso podría superarse.
