En un momento crucial para muchos municipios de la provincia de Valencia tras el paso de la DANA, Fran López, alcalde de Rafelbunyol desde 2015 y presidente de la Mancomunitat de l’Horta Nord, ha visitado el programa Ágora para hacer balance de la gestión local, el avance de las infraestructuras municipales y las políticas que consolidan a su municipio como modelo en sostenibilidad y crecimiento.
Aunque Rafelbunyol no se vio afectado directamente por la DANA, ha sido un gran colaborador con los municipios más afectados, ¿cómo ha sido la gestión de esta emergencia desde la Mancomunidad del Horta Nord?
Ha sido un golpe muy duro para las comarcas afectadas, y nuestra prioridad ha sido estar a su lado. Desde el primer momento nos pusimos a disposición de los municipios de la Horta Sud, la Ribera y Utiel-Requena. Ofrecimos maquinaria, brigadas, contenedores y hasta equipos de servicios sociales para ayudar en la recuperación.
En estos 20 días desde el desastre, hemos coordinado el envío de más de 1,800 voluntarios desde Rafelbunyol y otros pueblos de la Mancomunidad del Horta Nord. Nos han pedido todo tipo de recursos: vehículos, herramientas, alimentos, e incluso hemos habilitado autobuses para trasladar voluntarios diariamente. Esta colaboración ha sido clave para devolver la normalidad a muchas localidades.
Usted mantiene contacto constante con los alcaldes y alcaldesas afectados, ¿qué le transmiten?
Me trasladan, ante todo, la necesidad de ayuda. Lo que viven es una situación límite, y requieren apoyo humano y material para gestionar esta catástrofe. Por eso, hemos trabajado mano a mano con la Mancomunidad del Horta Sud para coordinar las donaciones, tanto de asociaciones como de ciudadanos y ayuntamientos.
Además, esta situación nos obliga a reflexionar. Es imprescindible mejorar los planes de actuación en emergencias y adaptarlos a un contexto en el que fenómenos como la Dana serán cada vez más frecuentes. No se trata solo de protocolos municipales, sino de estrategias regionales para prevenir y gestionar futuras inundaciones.
El barranco de Rafelbunyol es una de las infraestructuras más vulnerables en el municipio, ¿qué soluciones están planteando para su gestión?
Es un tema que llevamos reivindicando desde hace años. Este barranco delimita nuestro término con municipios vecinos, y cuando llueve intensamente, Rafelbunyol puede quedar incomunicado. Lo vivimos en episodios como los de 2018, con grandes inundaciones.
Actualmente, la Generalitat tiene presupuestados 130,000 euros para un estudio en 2024, pero necesitamos que no se quede en un proyecto y se traduzca en una actuación real. Seguiremos exigiendo a la Confederación Hidrográfica del Júcar y al gobierno central que prioricen estas infraestructuras. No podemos esperar a que ocurra otra catástrofe para que actúen.
Usted asumió la alcaldía en 2015 con una deuda importante, ¿cómo han cambiado las finanzas del Ayuntamiento?
Cuando llegamos, el Ayuntamiento tenía una deuda del 150% sobre su presupuesto anual. Para que te hagas una idea, hablamos de 8,5 millones de deuda con un presupuesto de apenas 5,4 millones. Era una situación insostenible.
Hoy, tras nueve años de gestión, las cuentas están saneadas. Esto nos ha permitido no solo estabilizar las finanzas, sino también abordar proyectos que antes eran impensables, como el centro de día, la reconstrucción del colegio Verge del Miracle o la ampliación del centro de salud. Además, el presupuesto actual es mucho más ambicioso, lo que nos da margen para seguir invirtiendo en el municipio.
Hablemos del centro de día, ¿qué significa este proyecto para Rafelbunyol?
Es un proyecto que llevamos años esperando y que por fin se hará realidad. Contará con capacidad para 40 mayores del municipio y la comarca. Se trata de un edificio que será eficiente energéticamente, financiado con fondos europeos en colaboración con la Generalitat.
Este centro es una respuesta a las necesidades de nuestra población envejecida. Queremos garantizar que nuestros mayores tengan acceso a recursos sociales de calidad, en un entorno seguro y adaptado. Si todo va según lo previsto, las obras comenzarán a principios de 2025.
Rafelbunyol ha duplicado su población en 25 años, ¿Cómo está siendo la gestión de este crecimiento?
Así es, hemos pasado de ser un municipio pequeño a estar cerca de los 10,000 habitantes. No hemos sufrido despoblación como otros pueblos, sino todo lo contrario. Estamos a solo 100 vecinos de superar esa barrera y, en 2025, seguramente lo lograremos. Esto también refleja que Rafelbunyol es un lugar atractivo para vivir.
En cuanto a vivienda, nos hemos adherido al Plan Vive de la Generalitat. Hemos puesto a disposición terrenos para construir viviendas de protección oficial, algo que esperamos que se traduzca pronto en proyectos reales. Sabemos que el acceso a la vivienda es complicado, especialmente para los jóvenes, y estamos trabajando para ofrecer soluciones.
Han comenzado a peatonalizar zonas del municipio, ¿cómo ha sido el proceso?
La peatonalización siempre es un reto porque implica cambios en la dinámica del municipio. En 2018, diseñamos un Plan de Movilidad Sostenible y este año hemos completado la primera fase en la Plaza de la Purísima.
Nuestro objetivo es claro: reducir el tráfico en el centro y priorizar a las personas. Entendemos que no es una decisión fácil, pero el tiempo nos da la razón. En municipios que tomaron medidas similares hace años, hoy los vecinos reconocen los beneficios. También planeamos extender estas iniciativas a otras zonas, como el barrio del Pla, donde los vecinos ya demandan menos tráfico en sus calles.
La nueva tasa mancomunada de residuos ha generado debate, ¿cómo la están abordando?
Hemos trabajado para que sea lo más justa posible. Esta tasa, que regula la recogida de basura en los municipios de la Mancomunidad del Horta Nord, es la más económica de la Comunidad Valenciana: 43 euros anuales por vivienda. Si lo comparas, es menos de lo que cuesta una bolsa en un supermercado.
Además, queremos avanzar hacia incentivos que premien el buen reciclaje. Europa nos marca directrices claras, y tenemos la responsabilidad de adaptarnos para luchar contra el cambio climático y fomentar prácticas sostenibles.
¿Qué mensaje quiere enviar a los vecinos de Rafelbunyol?
Mi compromiso sigue siendo el mismo: trabajar por un municipio sostenible, con servicios de calidad y adaptado a las necesidades del futuro. Rafelbunyol tiene un gran potencial, y juntos podemos seguir mejorando.