Apenas han pasado unos días desde que la alcaldesa de Valencia pronunciara su nombre, pero la vida de Carmen Prades Gil, la nueva Fallera Mayor de Valencia 2026, ya ha dado un vuelco absoluto. La joven de la falla Convento Jerusalén–Matemático Marzal, una de las más laureadas del mundo fallero, ha pasado del anonimato relativo a ser una auténtica celebrity valenciana, con más de 10.000 seguidores nuevos en Instagram en menos de 48 horas.
“No me lo esperaba para nada”, confesó Carmen entre risas y lágrimas en el programa Vive las Fallas. “Miraba el móvil y no me llamaba nadie… hasta que sonó. En ese momento no pude ni hablar con la alcaldesa de la emoción. La joven explicaba: «desde Junta Central nos avisaron que no nos volviéramos locas con la llamada, pero es imposible contenerse». Luego le pedí perdón, le dije: «Lo siento, no he podido decirte nada».
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Esa llamada marcó el inicio de un sueño que llevaba escribiendo desde niña, pero que jamás imaginó ver cumplido. “Es que nunca puedes imaginar que te van a llamar. Es increíble”, aseguraba con los ojos aún brillantes.
A Carmen le gusta lo sencillo. Su vestido de la llamada, diseñado por el indumentarista Eduardo Cervera, fue “muy sobrio, recto y cómodo”. “Quería sentirme yo misma. Mi estilo es así: sin excesos”, explica. Edu, además de diseñador, es amigo personal de Carmen desde hace años, y será quien la acompañe en su apasionante recorrido como máxima representante de las fallas.
Su espolín, elegido en apenas hora y media, promete ser uno de los más comentados del año. “Tenía las ideas muy claras. Fui a Vives ya sabiendo lo que quería y cuando me dijeron que el color estaba disponible, dije: Perfecto, es este”. El color es secreto de estado, pero asegura que “será muy especial”.

La casualidad (o el destino) quiso que Carmen fuera nombrada el día 13, su número favorito. “El 13 me acompaña desde el principio y ya no puedo dejar de considerarlo mi número de la suerte”, dice. Y además, el suyo será el año del sol eterno. “Justo cuando nos llamaron, paró de llover. Lo hemos decidido: somos el año del sol”, contó entre risas.
Natural de Torás, un pequeño municipio del interior de Castellón, Carmen no olvida sus raíces. “Mi pueblo es encantador. El Ayuntamiento lo publicó enseguida en la web, y todos están súper orgullosos de mi nombramiento”, confesó emocionada. Allí fue reina de las fiestas antes de convertirse en la gran embajadora de la fiesta valenciana. “Me siento afortunada de poder representar a Valencia, pero también de llevar un pedacito de Torás conmigo”.
13.000 personas ven las historias de Instagram de Carmen
En solo dos días, Carmen pasó de tener un perfil privado a convertirse en fenómeno viral. “Abrí mi Instagram porque creo que es bonito que la gente conozca la parte más personal de la Fallera Mayor. Es increíble ver que 13.000 personas ven mis historias. Todavía no lo asimilo”.
Y aunque su agenda apenas le deja tiempo, sigue siendo una chica normal: canta, baila y… ¡hace TikToks! “Me encanta que la gente vea que somos personas normales. También bailo, río y disfruto. La Fallera Mayor no deja de ser una joven con ilusión”, aseguró entre carcajadas al ver sus propios vídeos en televisión.
“Mi padre es el alma de la fiesta y mi madre mi gran apoyo. Ella me ayuda con la indumentaria y él con la logística. Son mi equilibrio”, reconoce. Y es que, tras la reina de las fallas, hay una familia unida, discreta y profundamente orgullosa de ver a Carmen vivir el sueño de su vida.













