Si algo hace mágico a las Fallas es que desaparecen. Son obras de arte efímero, construidas para ser quemadas y de las que solo un recuerdo se debe conservar: el Ninot Indultat. La Cremà es la manera más simbólica que los valencianos tienen para destruir todo aquello que los monumentos denuncian. A continuación, algunas de las fallas más emblemáticas de Valencia de los últimos 70 años.