"Ahora salen muchos problemas de salud mental porque ha sido muy duro todo lo vivido", confiesa la alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz

Eva Sanz, alcaldesa de Benetússer, ha reflexionado esta semana en Ágora sobre la situación actual del municipio, los avances y dificultades tras la riada provocada por la DANA hace ya siete meses, y los desafíos de la gestión municipal en un contexto de crisis.

“Vamos día a día, paso a paso. Todo es muy lento y hay que tener mucha paciencia”, reconoció la alcaldesa, visiblemente afectada pero firme. “Pedir paciencia es fácil, pero vivirlo es muy complicado. Aun así, seguimos adelante con ánimos y fuerza para reconstruir lo perdido”.

Eva Sanz: «Yo no recuerdo aquella primera noche»

Los primeros días fueron terriblemente duros. Eva Sanz confiesa que ha tenido que reconstruir mentalmente algunos momentos porque no los recuerda con claridad. «Yo no recuerdo aquella primera noche«, admite. Sabía que tenía que ver a su madre, comprobar que estaba bien, y recuerda haberse dirigido a la comisaría: «Cuando llegué y la vi destrozada, fui muy consciente de que iban a haber fallecidos«.

La magnitud del desastre los desbordó, pero al día siguiente ya estaban trabajando sin descanso: despejar calles, rescatar a vecinos atrapados en sus viviendas, movilizar grúas, contactar con servicios de emergencia. La ayuda externa tardó en llegar. «Siempre me he quejado de que tardaron dos, tres días en aparecer efectivos por Benetússer, y eso fue muy duro«.

Aun así, insiste en que no pueden parar: «Ahora estamos en esa fase en la que tenemos que poner en marcha todo el sistema de reconstrucción». Y mientras la gestión continúa, admite que la sensibilidad está a flor de piel: «Cualquier pequeño gesto te emociona… Por todo lo vivido«.

Un pueblo herido por dentro

Sanz destacó que, tras la emergencia, cuando ya no se trata de quitar barro ni despejar calles, comienzan a aflorar las secuelas emocionales. «Ahora salen muchos problemas de salud mental porque ha sido muy duro todo lo vivido. Esos sentimientos están a flor de piel», expresó. La alcaldesa subrayó que esta dimensión ha sido poco abordada por las instituciones y pidió que se convierta en una prioridad.

Ella misma confesó haber sufrido bloqueos mentales en los primeros días: “He tenido que preguntar a mi hermana por qué me dolía la rodilla. Resulta que pasé por encima de un coche”. Esta anécdota ilustra el caos vivido y cómo las emociones fueron desplazadas por la necesidad inmediata de actuar.

Críticas a la gestión institucional: “Estuvimos solos”

Respecto a la actuación de las administraciones, Eva Sanz no escatimó en críticas. Relató que ningún efectivo de emergencias llegó a Benetússer en los primeros dos o tres días, a pesar de tener un puesto de mando operativo a solo un kilómetro del municipio. “No vino nadie. Hemos estado solos”, lamentó con firmeza.

Aunque evitó profundizar en la confrontación política entre el gobierno central y el autonómico, dejó claro que el municipio quedó fuera del radar institucional. “Yo no soy de bronca política, pero algunos estamentos llevan tres meses sin responder a nuestras peticiones. Eso también es una realidad”, afirmó.

Sanz fue especialmente crítica con los actuales protocolos de emergencia, que calificó de confusos e ineficaces. Señaló que muchos ayuntamientos recibieron alertas poco claras, algunas por fax, y sin instrucciones operativas concretas. “No puede ser que nos llegue un mapa en blanco y negro por email diciendo ‘alerta nivel 3’ y que tengamos que improvisar”, denunció.

Cómo pedir las ayudas del Gobierno para los afectados por la DANA
Detalle de un coche destruido por la riada en el barranco del Poyo la altura de Benetusser / Ana Escobar (EFE)

Propuso una reforma urgente del sistema, con instrucciones automáticas y estandarizadas según el nivel de alerta. “Si hay alerta naranja, se cierran los colegios. Si hay alerta roja, nadie sale de casa. Así de simple”, exigió.

¿Cómo está hoy Benetússer?

Ante la pregunta directa sobre la situación actual de la localidad, la alcaldesa ofreció una radiografía clara: la normalidad se va recuperando poco a poco, pero todavía hay muchas carencias.

Sí, hay ascensores que siguen sin reparar, vecinos que siguen esperando soluciones. La catástrofe afectó a infraestructuras esenciales y eso ha trastocado la vida diaria de muchas personas”, afirmó.

Sanz insistió en que el trabajo no ha cesado desde el primer momento. El Ayuntamiento de Benetússer ha canalizado esfuerzos humanos y técnicos para atender emergencias, coordinar ayudas, redactar proyectos y licitar obras, pero todo con un proceso sujeto a tiempos legales.

Entiendo la desesperación de la gente. Pero lo que estamos haciendo ahora es construir con garantías, con rigor y para el largo plazo. No queremos parches, queremos soluciones reales”, sentenció.

Burocracia y reconstrucción: una carrera de obstáculos

Uno de los temas centrales de la conversación fue la lentitud en los procesos de reconstrucción. Sanz explicó que, si bien las ayudas económicas llegaron con rapidez desde administraciones y entidades privadas, la gestión de esos fondos se ve ralentizada por la burocracia.

“La ley de contratos nos impone unas normas necesarias para evitar el amiguismo y garantizar transparencia. Nadie entendería que adjudicásemos obras de millones de euros a dedo”, apuntó. “Pero eso hace que todo se demore: primero se necesita un proyecto redactado por un equipo técnico especializado, luego viene la licitación… y eso lleva meses”.

Sanz defendió la importancia de seguir procedimientos correctos, aunque admitió que esto genera frustración entre los vecinos. “Queremos que la reconstrucción sea incluso mejor que lo que había antes, pero todo cuesta más tiempo del que desearíamos”.

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Eva Sanz: “Con ánimos y con fuerza, seguimos adelante”

«Yo espero que de esto aprendamos. Siempre lo digo: tenemos que salir más fuertes”, afirma Sanz. Recuerda cómo ya se decía eso durante la pandemia, y cómo en algunos casos se logró y en otros no. Esta vez, insiste, no pueden fallar.

La alcaldesa se compromete a revisar a fondo los planes de seguridad y emergencia del municipio, no solo para mejorarlos, sino para hacerlos comprensibles y visibles para la ciudadanía. “Tenemos que estar preparados. No nos puede volver a pasar”.

Entre las medidas que anticipa, destaca un nuevo sistema de videovigilancia y alertas distribuidas por todo Benetússer. Aunque la gestión no ha sido fácil, asegura que el impulso de hacer las cosas bien sigue intacto: “Reconstruir no está siendo fácil, pero seguimos con la ilusión que se puede tener en este momento”.

En su tercera legislatura, Eva Sanz demuestra que su vocación de servicio público permanece intacta, incluso en medio de una de las pruebas más duras que ha vivido el municipio. “Gobernar es gestionar problemas, pero también acompañar, escuchar y responder con hechos”, concluye.