Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han publicado un nuevo estudio sobre el coronavirus. En él alertan de que el pico de esta segunda ola de contagios está cerca.
Según los datos científicos, la curva de contagios se alcanzaría a finales de noviembre mientras el número de hospitalizaciones crecería hasta principios de diciembre. No obstante, el de fallecidos no dejaría de aumentar hasta principios del mes de enero.
El trabajo publicado en la revista Chaos, Solitons & Fractals simula cuál sería el resultado del uso temprano de antivirales contra la COVID-19 una vez las farmacias dispongan de ellos. El resultado es concluyente: ayudarían a reducir significativamente la incidencia del virus. Además, evitarían un colapso del sistema de salud.
“Hasta que se encuentre una vacuna eficaz, es necesario seguir cumpliendo estrictamente con las medidas de seguridad. Pero, además, el uso de antivirales apropiados podría ser una buena opción para aliviar los síntomas, controlar la gravedad y prevenir la transmisión. Y esto es lo que hemos estudiado en este trabajo”, explica José María Benlloch, profesor de investigación del CSIC.
Sin antivirales, el pico más alto de la pandemia sería a finales de noviembre
En el estudio, los investigadores analizaron cuál sería la evolución de la curva de la pandemia en diferentes escenarios. En el primero simulan la incidencia del virus sin disponer de un antiviral universal, que es la situación actual. En este caso, el número de contagios seguirá creciendo durante noviembre, hasta alcanzar su pico a finales de mes; el número de hospitalizados seguiría creciendo hasta los primeros días de diciembre; y el número de muertes por COVID hasta principios de 2021.
“Estas simulaciones las llevamos a cabo en el mes de junio y, desgraciadamente, la realidad está confirmando los resultados. Si la tendencia continúa, para los últimos días de este mes y principios de diciembre las cifras que arroja el modelo son preocupantes. De ahí la importancia de insistir en que la responsabilidad de todos para no alcanzar estas cifras es clave”, señala Rafael Villanueva, investigador del Instituto de Matemática Multidisciplinar de la UPV.
La vitamina D, una ayuda ante el coronavirus
Además, Benlloch añade la importancia de contar con inmunomoduladores como la vitamina D. “Podrían tener el mismo efecto que los antivirales directos. Ayudaría a disminuir rápidamente la carga viral de todos los infectados; pararía la cadena de contagios; y, por tanto, disminuiría el pico de la segunda ola», explica.
«El Dr. José Manuel Quesada, del Hospital Reina Sofía de Córdoba, ya ha realizado un ensayo clínico piloto con la vitamina D muy esperanzador en este sentido. Podría ser muy conveniente elevar los niveles de vitamina D de toda la población, ya que curiosamente un porcentaje importante de la población española tiene carencia de dicha vitamina», concluye Benlloch.