(EFE).- 9,5 millones de españoles, más de un 20 % de la población, compraron algún producto por venta directa el pasado año, con un total de 5,31 millones de pedidos suministrados a estos consumidores finales y una facturación de 773 millones de euros.
De los 250.000 distribuidores independientes que trabajan en el sector, el porcentaje de profesionales con estudios universitarios aumentó un 42 %, hecho que constata una mayor profesionalización de estos trabajadores, cuyo nivel de edad descendió en 2017.
Respecto a la edad de los trabajadores, el presidente de la Asociación de Empresas de Venta Directa, Carlos Barroso, ha comentado que “está rozando los 42 o 43 años”, mientras que en las personas jóvenes la edad media bajó “de los 28 o 29 años a los 25 o 26”.
Con 355 nuevos desarrollos, que supusieron la tercera parte del portfolio e incrementaron la facturación en un 18 %, la innovación se convirtió en 2017 en una estrategia clave en la consolidación de la venta directa en los hogares españoles.