Un momento de la manifestación del pasado martes / Orriols en Lucha

Tras más de un año de protestas y promesas incumplidas, los vecinos de Orriols han vuelto a salir a la calle para reclamar un barrio digno y denunciar la inseguridad provocada por el tráfico de drogas. Tras concentrarse en la plaza de la Ermita, han recorrido la denominada zona 0 del barrio. Entre las paradas, una señalada, frente a la finca ocupada en la Avenida de la Constitución.

Los vecinos denuncian que los problemas no están causados por inmigrantes ni por ocupaciones «necesarias» si no, por aquellas que conllevan actividades ilegales. «Hemos pasado un listado al ayuntamiento con más de 100 viviendas ocupadas en las que se realizan actividades delictivas que son las que causan los problemas», asegura Teresa Díaz, vecina del barrio y representante de Orriols en Lucha.

PELEAS, ROBOS E INCENDIOS PROVOCADOS POR LA DROGA

Desde Orriols en Lucha aseguran que pese a las medidas tomadas los vecinos continúan conviviendo con la delincuencia y las peleas entre los diferentes grupos que trapichean con droga. «Los vecinos nos sentimos incomodos, con miedo y sufriendo robos», denuncia la portavoz dela agrupación.

En este sentido, valoran positivamente la vuelta de la policía de barrio, pero es insuficiente. Piden que se sumen nuevos efectivos. «Hacen falta más policías en la calle y acciones que vayan directas a destruir los focos delictivos»

Valencia contará con una segunda “supermanzana” en la ciudad
Plano del barrio de Orriols en el que se realizará la supermanzana.

LAS PROMESAS DE OBRAS AVANZAN, PERO LOS TIEMPOS SE DILATAN

Durante los últimos meses las promesas políticas respecto al barrio se han multiplicado. Poner fin al agujero de la vergüenza, una supermanza o la renaturalización del barrio son algunas de ellas. Y, aunque se esta trabajando en algunas de ellas, los tiempos se dilatan. La más avanzada, la adecuación de la apertura del agujero de Orriols. En este punto las máquinas trabajan desde hace semanas para adecuar una reivindicación que tiene más de 30 años.

Del resto de proyectos «se van cumpliendo plazos», asegura Teresa. «Algunas cosas se habían prometido para antes de acabar 2021 o 2022 y no van a pasar. Los plazos son mas largos que lo que se nos cuenta», denuncian desde la asociación.

Ante esta realidad, los vecinos aseguran que seguirán saliendo a la calle a denunciar lo que sucede. El objetivo, lograr una convivencia cívica y real en el barrio.