El pueblo alicantino de El Castell de Guadalest parece de pura fantasía. Este municipio, situado en la comarca de la Marina Baja, está construido sobre el filo de una roca. Así, para llegar hasta su casco antiguo hay que franquear un túnel excavado en el mineral.

Por este acceso se puede acceder a una de las mejores y más visitadas casas de la localidad. Es el caso de la casa de los Orduña, una familia vasca que se desplazó aquí al servicio de los Cardona, señores de la zona. Actualmente, es conocida como la Casa Gran y se ha convertido en un museo municipal. En este recinto se pueden conocer los ‘lujos’ de los aristócratas de siglos pasados.

Además, este precioso pueblo alicantino se abre en una plaza diáfana. Esta permite disfrutar con plenitud de la privilegiada localización del municipio. Su ubicación en un promontorio afilado está rodeado por montañas cercanas que en invierno llegan a teñirse de blanco.

Las sierras de Xortà, Serrella y Aitana alimentan el hermoso paisaje de El Castell de Guadalest. Del mismo modo, al fondo del valle se puede apreciar las aguas turquesas del embalse del río Guadalest.

Subida a El Castell de Guadalest. / RUTILO PENYA (FLICKR)

QUÉ VISITAR EN EL CASTELL DE GUADALEST

Uno de los edificios más representativos de este municipio es la torre del campanario. Es corta y chata, de planta cuadrada y está blanqueada de cal. No obstante, surge orgánicamente de la roca y se convierte en uno de los campanarios más originales de España.

Ruta por el peculiar pueblo valenciano que se oculta en una roca
Campanario de El Castell de Guadalest incorporado dentro de la roca.

Otra visita obligatoria en esta localidad son las dos fortificaciones que se encuentran en lo más alto del roquedo. Allí se emplazan el castillo de San José y la Alcozaiba. El primero, está compuesto por varios lienzos de muralla y un estilo medieval clásico.

Por su parte, la Alcozaiba son los restos del castillo musulmán de antes de la llegada de las tropas de Jaime I. Durante la invasión solamente se derrumbó una torre por lo que conserva un buen estado.

Otro atractivo de este pueblo es el interior del edificio del Ayuntamiento. Este casa consistorial posee un pesado reloj en su fachada. Además, en sus cámaras internas se pueden visitar una antigua prisión y un aljibe que abastecía al pueblo con agua de lluvia.

Vista panorámica del Castell de Guadalest. / ELOY RODRIGUEZ (FLICKR)

Para acceder al casco antiguo de Castell de Guadalest, solo se puede llegar de forma peatonal ante la imposibilidad de atravesar el túnel y la complejidad de sus calles.

No obstante, abajo del pueblo y pegado a la carretera de Callosa d’en Sarrià, se encuentra el conocido El Arrabal. En esta localidad, los guadalestinos acumulan los servicios de su pueblo, mayoritariamente enfocados al turismo. En este término también están los alojamientos, las tiendas de artesanía y la hostelería.

GRAN VARIEDAD MUSEÍSTICA EN EL ARRABAL

Otro atractivo de El Arrabal es su colección asombrosa de museos. Estos son bastante pequeños y poco convencionales. Están dedicados a temas prosaicos como colecciones de pimenteros y saleros, así como las microminiaturas.

Por ejemplo, en este museo se puede ver un cuadro del Greco replicado en un grano de arroz. Además, también hay una gran colección de vehículos antiguos y bicicletas. Por último, existe un museo dedicado a las torturas.

Ruta por el peculiar pueblo valenciano que se oculta en una roca
Imagen del museo de la tortura en el Castell de Guadalest. / CARLO SÁNCHEZ (FLICKR)

Esta localidad se encuentra a 1 hora y 52 minutos en coche desde Valencia siguiendo la autopista AP-7. Este destino es un refugio sensacional para los amantes del senderismo por tierras mediterráneas. Además, está a tan solo media hora en coche de algunas de las playas más hermosas de Alicante. Por ello, El Castell de Guadalest es un destino ideal para aquellos que sean amantes de la montaña y, a su vez, del mar.