En la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta, hallamos un precioso municipio de 14.000 habitantes que está formado por dos núcleos urbanos: uno en el interior (Teulada) y otro en la costa (Moraira). Ambos sorprenden por la cantidad de puntos turísticos que tienen para poder visitar y disfrutar de unas excelentes vacaciones.

Para los amantes del mar, Moraira es el lugar ideal. El municipio ofrece seis playas y calas realmente preciosas para pasar un refrescante día. Una de ellas es la playa de El Portet, cala de 300 metros cuadrados con forma de concha. El mar allí tiene poca profundidad, con pocas olas, y además la playa bordea un paseo marítimo que ofrece una ruta de miradores que te sorprenderán con espectaculares vistas como al Peñón de Ifach.

Esta playa suele ser el punto de partida para aquellos que realizan la escalada hasta la torre vigía del cabo, que forma parte de la Red de Microreservas de Flora de la Comunitat Valenciana.

La playa más importante de Moraira es la playa de La Ampolla debido a su perfecta localización. Se ubica a la loma de la explanada del castillo de Moraira y rodeada por un parque arbolado y con muchas palmeras. Es un lugar ideal para los más aventureros, ya que ofrece una gran cantidad de actividades como el alquiler de kayaks o motos de agua.

Playa el Portet. / Descubriendo Alicante (FLICKR)

OTROS SITIOS DE INTERÉS EN MORAIRA

En este municipio no todo son playas, también sorprende por la belleza de su centro histórico. La Teulada gótica amurallada fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico. Está formada por preciosos edificios góticos, del barroco y del modernismo.

El monumento que debe ser visitado obligatoriamente es el Castillo de Moraira. Esta fortaleza fue construida en el siglo XVIII con finalidad defensiva y de vigilancia. Tiene una característica planta de «pezuña de buey», con fachada semicircular orientada hacia el sur y una única puerta en su parte norte. Además, sus paredes de 10 metros de altura te maravillarán.

También es un lugar que destaca por la construcción de dos espectaculares iglesias. Cuenta con la Iglesia de Santa Caterina Mártir y la Iglesia San Vicente Ferrer. La primera fue construida como iglesia-fortaleza para proteger a los ciudadanos en caso de ataque pirata. Mientras que la Iglesia de San Vicente Ferrer se trata de un edificio de estilo neoclásico. De su interior destacan sobre todo las pinturas de la cubierta y su cúpula, con tejas azules, verdes y blancas.