Más allá de los dolorosos efectos del Covid-19 en personas y familias, se prevé que su impacto en la economía global genere la mayor recesión desde 1980. Prácticamente todos los países del mundo experimentarán un crecimiento negativo en 2020.
La recesión está afectando a las cadenas de suministro. Según un estudio de Crédito y Caución, se espera que el comercio mundial se reduzca un 15% este año. Esto supondrá una fuerte caída en la serie histórica.
Aseguran que la sólida recuperación económica en 2021 sigue siendo posible. Sin embargo, la cadencia que seguirá la recuperación es muy incierta. Señalan que todo dependerá del levantamiento de las medidas de confinamiento.
El coste económico de esta recesión será alto, dado su impacto en los mercados laborales, las quiebras empresariales y la situación fiscal de los países. Los gobiernos de todo el mundo están aplicando paquetes fiscales de gran envergadura y una política monetaria flexible para tratar de atenuar los efectos de esta recesión.
CAÍDA DEL PIB Y DE LOS MERCADOS EMERGENTES
Se espera que las economías avanzadas se vean más afectadas por la recesión. En ellas se anuncia una caída acumulada del PIB del 6,6%. El Reino Unido, sobrecargado por su salida de la Unión Europea, se enfrenta a un descenso del 10,8%. No se prevé que el desempeño de la zona euro sea mucho mejor, con una previsión de caída del PIB del 8,0%. Estados Unidos y Japón experimentarán descensos ligeramente menos pronunciados del 6,1% y el 6,0% respectivamente.
El crecimiento en los mercados emergentes también caerá bruscamente. El rápido aumento de la propagación del coronavirus que se ha producido recientemente en algunas de las mayores economías emergentes implica que las previsiones podrían empeorar en los próximos meses.
2021: AÑO DE CRECIMIENTO
El escenario principal para la elaboración de estas previsiones asume que se desarrollará una vacuna o que la economía mundial se adaptará a la nueva norma de distanciamiento social de una manera económicamente viable. Con estos supuestos, se prevé un retorno al crecimiento del PIB en 2021. No obstante, el crecimiento será más suave que el descenso previo. Si no se cumpliese ninguno de estos dos supuestos, las perspectivas serían menos positivas.