Según un estudio preliminar de investigadores de la Universidad de Harvard y otras instituciones de Estados Unidos, la nueva variante británica puede ser más transmisible que las variantes comunes. Tanto es así que el periodo infeccioso se alargaría hasta casi duplicarse.
En la mayoría de lugares, el período de cuarentena se ha rebajado de dos semanas a 10 días. No obstante, la cepa británica del COVID-19 podría ser la excepción, y hacer que los 10 días se quedaran cortos. A más tiempo de infección, mayor posibilidad de infectar a más gente. Esta cepa podría permanecer activa hasta 13,3 días, en lugar de los 8,2 de las otras variantes. Si se cumple este estudio, se confirmaría que esta cepa es la más contagiosa.
«Estos datos ofrecen evidencias de que la variante B.1.1.7 del SARS-CoV-2 puede causar infecciones más largas con una concentración viral máxima similar comparada con la del SARS-CoV-2 no-B.1.1.7. La duración extendida puede contribuir a su mayor transmisibilidad“, escriben los autores.
Todavía no hay nada confirmado ya que solamente es un estudio preliminar. Pero si estos datos se confirman será recomendable que el aislamiento sea superior a 10 días.
¿CÓMO ES LA CEPA BRITÁNICA?
La cepa británica es un 70% más contagiosa que la anterior. No obstante, todavía no se ha observado que cause secuelas más graves ni una mayor mortalidad.
Al contrario que otras cepas, ésta es más difícil de detectar. Se requiere de una prueba PCR específica capaz de codificar la proteína espiga. Dicha proteína es la que la nueva mutación utiliza para acceder al organismo y acoplarse en él. Cuando los investigadores observan que la espiga falta es cuando se pone en alerta de que puede ser la cepa británica y se pasa a secuenciar genéticamente la muestra.
Respecto a la vacuna, las autoridades sanitarias ya han señalado que las dosis que se están suministrando también sirven para esta nueva mutación. Por tanto, es cuestión de meses que haya una gran parte de la población inmunizada.
