Cuesta imaginar una Valencia sin el esplendor de las Fallas durante el mes de marzo. Sin embargo, ver las calles sin monumentos y un cielo sin espectáculos pirotécnicos no es algo nuevo para la ciudad.
Valencia ya ha vivido hasta cinco suspensiones de las fiestas josefinas a lo largo de la historia. En ningún caso se ha dado por riesgo a epidemias sanitarias como a día de hoy con el coronavirus y es que las guerras han sido las principales causantes de estas cancelaciones.
1886 – EL AÑO DE LA TASA
La primera suspensión de las fiestas fue en 1886. En dicho año fueron los mismos falleros quienes decidieron no plantar los monumentos por pagar una tasa. Dicho pago eran 60 pesetas que debían abonarse a modo de canon para plantar los catafalcos en las calles.
La protesta venía porque al principio se pagaban 5 pesetas. Sin embargo, a los gobernadores de entonces no les gustaba la sátira fallera por considerarla una burla hacia ellos. Con el fin de evitar que se celebrasen las Fallas, fueron incrementando el gasto progresivamente hasta que los falleros dijeron basta y optaron por no plantar.
1896 – LA GUERRA DE CUBA
Tan sólo diez años después volvió una nueva suspensión de las Fallas. Fue en 1896 cuando la guerra entre España y Estados Unidos, denominada como la Guerra de Cuba, paralizó los festejos.
Fue dos días antes de arrancar las fiestas cuando el gobernador civil de Valencia declaró el estado de guerra y por tanto la suspensión de las Fallas. Ese año no hubo monumentos aunque hay datos que determinan que se usaron para las fiestas de 1897.
1937, 1938 Y 1939 – GUERRA CIVIL
La Guerra Civil española fue el último acontecimiento que paralizó las fiestas. Tras el alzamiento del 17 de julio del 36, España entró en un conflicto bélico que obligó a detener cualquier tipo de celebración.
1939 fue el último año de esta suspensión ya que tan solo un mes después terminó la guerra. Desde entonces las Fallas siempre han seguido su curso normal exceptuando problemas meteorológicos que han obligado a suspender actos concretos como el pasado 2 de marzo por fuertes rachas de viento.
En 2014 hubo una suspensión parcial derivada de los atentados del 11-M. Entonces el Ayuntamiento de Valencia decretó tres días de luto cancelando los actos de estas jornadas. Sin embargo, este paro de las fiestas no afectó a la semana grande de las Fallas que pudieron celebrarse con absoluta normalidad.