El Festival Internacional de Benicàssim tendrá nuevos dueños. Los promotores del Arenal Sound, David y Toño Sánchez, se encuentran cerrando el acuerdo de compra del FIB con un contrato que les permitiría su explotación durante los próximos 15 años.
A falta de la firma, el documento de compra excluiría a los nuevos propietarios de asumir cualquier tipo de deuda del FIB aunque el mismo director del certamen, Melvin Benn, aseguró durante la presentación de la 25ª edición que el festival llegaba a sus bodas de plata con unas cuentas completamente saneadas.
La decisión parece haberse tomado tras las cifras registradas en esta última edición (114.000 asistentes) donde se ha perdido una media de 12.000 espectadores diarios, cifra que supone unas 50.000 personas menos que en el FIB 2018 donde acudieron a la cita festivalera 160.000 fibers.
Una vez se produzca la firma, esta será ya la tercera vez que el Festival Internacional de Benicàssim cambia de propietarios. Los fundadores del FIB, los hermanos Morán, lo vendieron al empresario de origen irlandés Vince Power. Sin embargo, el veterano festival de la Comunitat Valenciana entró en concurso de acreedores en 2013 con una deuda próxima a los cuatro millones de euros entrando en juego Denis Desmond y SJM Concerts, dos promotores de festivales europeos, al comprar la mayoría de las acciones y permitir así la celebración de la 19ª edición.
Tras la compra, los Sánchez deberán definir el futuro del festival cara a su 26º celebración con el objetivo de incrementar el impacto económico, aumentar el número de asistentes y definir el tipo de público al que quieren dirigirse que en esta ocasión ha sido 60% español y 40% británico.