En el día de Todos los Santos, el cementerio se llena de familiares que acuden a honrar y recordar a las personas que ya no están. El campo santo de Valencia, construido en 1807, ofrece todo un sinfín de secretos que muchos valencianos desconocen. Entre sus tumbas se encuentran las de personajes tan ilustres que han marcado la historia de la ciudad.
Vicente Blasco Ibáñez es uno de los personajes de renombre que descansa en el cementerio general. El autor de ‘Cañas y barro’ murió en Francia pero sus restos fueron trasladados a su Valencia natal. Un hecho que tiene en común el escritor con el pintor Joaquín Sorolla.
El cementerio general de Valencia fue obra de los arquitectos municipales Cristóbal Sales y Manuel Blasco y su estilo es neoclásico. De entre todos los panteones y esculturas, destaca el Ángel de la familia Burriel, más conocido como el Ángel del Silencio y que es quien pide respeto por lo que allí descansan.
Este lugar de recogimiento y oración es un museo al aire libre de indudable valor arquitectónico al que se puede acceder para admirar las numerosas obras de arte ecléctico que posee en su interior con cuatro rutas especiales.
RUTA 18 VIDAS, 18 SILENCIOS
18 rutas por el Cementerio General de Valencia, paseo por el titulado Museo del Silencio. Representan un homenaje a las mujeres y hombres que contribuyeron a formar parte del tejido social de la ciudad. Se alzó el dibujo del cementerio como proyecto de artes y vidas. Los arquitectos, maestros de obras, escultores y autores de epitafios, pusieron el arte y la poesía. Las vidas completaron el paraíso fúnebre.