Según explicó el catedrático, el calentamiento global ha incrementado la cantidad de fenómenos climatológicos extremos hasta el punto de haberlos multiplicado por cinco en el último medio siglo. En este sentido, Tabares citó el último informe de The Lancet Countdown in Europe, donde se indica que el 61% de la superficie terrestre mundial ha experimentado un aumento de precipitaciones extremas, «lo que repercute en la salud de la ciudadanía a distintos niveles como el alimentario, económico, aumenta el número accidentes y daños en infraestructuras, etcétera».
Asimismo, el profesor destacó que, según este informe, «solo el 65% de los países cuentan con sistemas de alerta temprana, mientras que el 10% cuentan con este tipo de sistemas para problemas de salud mental y psicológicos y sociales».
Rafael Tabares también resaltó en su intervención la «hipersensibilización de la sociedad» por el efecto de traumas en cascada cuando hay una exposición acumulativa. «En vez de hacernos más fuertes nos sensibilizan, ya que no es solo la DANA sino que estamos hablando de unas sociedades que han sufrido, en los últimos 20 años, traumas como la crisis económica, la pandemia y ahora la DANA».
Y en relación a este fenómeno comentó la importancia de las políticas gubernamentales y de la actuación de las administraciones públicas «porque hay evidencias que demuestran que en los desastres naturales cuando el gobierno no ha sido eficaz incrementa el efecto más traumático y unas buenas políticas aumentan la resiliencia de los ciudadanos y ciudadanas sobre todo de los colectivos más vulnerables».
LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO SE ACELERAN
El científico Antonio Turiel, Investigador Científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, ubicado en Barcelona, también habló del impacto que tiene en los océanos el cambio climático, «que en los últimos años se está acelerando».
«Ahora mismo sufrimos un importante calentamiento del aire, superior al que tendríamos que evitar, y resulta preocupante el hecho de que el mar actúa como una bomba que amplifica los fenómenos meteorologicos como el de la DANA del pasado 29 de octubre», explicaba.
En su intervención, el profesor puntualizó que «afortunadamente cada vez tenemos mayor capacidad para detectar los efectos del cambio climático». Asimismo, defendió «la alternativa del decrecimiento para frenar la crisis ambiental y la necesidad de concienciar del riesgo a la ciudadanía».
«Por supuesto, también hay que invertir, especialmente en personal, para que las alertas, que en este caso siguieron el estándar establecido, puedan cotejarse con otros indicadores como las mediciones de caudal con la suficiente previsión», concluía.