Con la celebración de la festividad de Todos los Santos, los cementerios de la ciudad se llenan de personas que honran a sus difuntos con flores y con el recuerdo.
Pero la festividad tiene arraigada también una tradición gastronómica en Valencia. Por ello, durante estas fechas los hornos y pastelerías se llenan de huesitos de santo, buñuelos de viento y panellets, los dulces típicos de esta época.
Los huesos de santo
Los huesos de Santo son unos dulces elaborados de mazapán (pasta de almendra). Son de color blanco y forma alargada y cilíndrica, semejante a la de un hueso con su tuétano. Originalmente eran rellenos de de dulce de yema aunque ahora muchos los prefieren de otros sabores como chocolate, fresa, praliné y yogurt.
Los panellets de Todos los Santos
Los panellets se elaboran con una masa dulce hecha con azúcar, almendra cruda molida, huevo y ralladura de limón para que tenga una textura más esponjosa. Por el exterior se recubren con clara de huevo que hace de adherente para colocar una capa de piñones. El conjunto se hornea y se deja enfriar. Debido a su riqueza calórica se dice que servían para combatir el frío.
Los buñuelos de viento
Los buñuelos de viento son bolas de masa elaborada con harina de trigo, manteca y huevos. Estos se fríen en aceite caliente y su nombre se debe al poco peso del dulce. Suelen ser de pequeño tamaño con apenas 3 centímetros de diámetro una vez elaborados. La forma redonda puede hacerse a mano aunque cuando se tiene cierta práctica puede obtenerse usando dos cucharas.
La dificultad de este postre está en la temperatura del aceite ya que si está poco caliente la masa cae al fondo y debe procurarse que se mantenga a flote, pero si está demasiado caliente se forma una envoltura seca alrededor del buñuelo que impide que éste crezca.