La vida confinada de estos dos últimos meses a causa de la pandemia ha tenido consecuencias positivas en los accidentes de tráfico. Las imágenes habituales de atascos han dado paso a carreteras excepcionalmente desiertas. Así, según datos de la DGT, entre el 15 de marzo y el 7 de mayo de este año, la movilidad se redujo cerca de un 70% y los fallecidos al volante descendieron un 69%.
Sin embargo, no se puede bajar la guardia. Por las dificultades de salir al extranjero, este verano habrá más viajes de turismo nacional que en años anteriores. Este hecho supondrá un probable repunte en el uso del coche privado, cuyo parque móvil está muy envejecido. Por ello, la recuperación de la movilidad traerá un aumento de los accidentes de tráfico en los próximos meses.
Según un estudio de la Fundación Línea Directa, las carreteras convencionales han sido el escenario de 7 de cada 10 fallecimientos en accidentes ocurridos en vías interurbanas. Son un total de 10.500 muertos, multiplicando por 3 el número de víctimas en las autopistas y autovías.
LAS CINCO CARRETERAS CON MÁS ACCIDENTES
Por autonomías, Cataluña ocupa el primer puesto en cifra de fallecidos en carreta convencional (17%), seguida de Andalucía (13%). La Comunitat Valenciana se encuentra en quinta posición, con un 9%. En contraposición, Euskadi (0,7%) y Cantabria (1%) son las regiones con menos muertes en sus carreteras secundarias.
Para identificar las carreteras más peligrosas se ha realizado un estudio sobre el tráfico diario y el índice de siniestralidad. Según esos criterios, el TOP 5 en peligrosidad y concentración de accidentes en carreteras españolas es el siguiente:
- Tramo del km 5 al 8 de la CV-821 en Alicante.
- Tramo del km 1 al 4 de la CV-670 en Gandía (Valencia).
- Tramo del km 2 a 5 de la GR-3304 en Granada.
- Tramo del km 104 al 107 de la PO-311 de Pontevedra.
- Hasta cinco puntos negros repartidos por la N-634 entre Guipúzcoa y Vizcaya.