Agentes de la Guardia Civil han detenido a un hombre que acosaba y rastreaba a su expareja a través de un dispositivo de geolocalización instalado en su coche. Los hechos, sucedidos en Picanya, se iniciaron después de que una mujer denunciase a su expareja por un delito de violencia de género.
El hombre, de 54 años, era vecino de Madrid. Tras conocer a la víctima se muda a Picanya donde empiezan a convivir. Al tiempo de compartir casa juntos, es cuando empezaron los acosos hacía la que era su pareja en el momento. Acto seguido, es cuando la mujer decidió terminar con la relación y según denuncia la víctima, el detenido comenzó a insultarla e incluso a agredirla físicamente en alguna ocasión.
Después de que el que ya era su expareja no aceptase acabar con la relación sentimental, decidió mantener vigilada a la víctima. Tal y como explica la mujer, el detenido la seguía a los lugares y establecimientos que ella frecuentaba. Incluso a lugares que no había planeado con antelación.
La mujer afirma que llegó a ver como su expareja estaba manipulando lo que parecía los bajos de su vehículo. En este momento es cuando decidió interponer la denuncia por todos los acosos. Los agentes, tras examinar el vehículo de la víctima descubrieron que tenía instalado un dispositivo de vigilancia y seguimiento GPS. Investigado el origen del dispositivo, descubrieron que la documentación personal utilizada para su compra pertenecía a una persona fallecida.
En el caso también se ha visto implicado un amigo, cómplice de todo el delito. Este había intentado en varias ocasiones convencer a la víctima para que retomase la relación.
Finalmente, la Guardia Civil procedió con la detención de la expareja de la víctima y su cómplice.