La DANA no solo ha devastado viviendas y bienes patrimoniales, sino que también ha alterado el panorama del mercado inmobiliario. Según Nora García, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (ASICVAL), el impacto aún está en evaluación.
«Hay viviendas en venta que han sido dañadas y otras que no. Necesitaremos semanas para realizar un inventario exhaustivo y determinar cómo afecta esto al mercado», ha explicado García en una entrevista a 7 Televalencia.
Mientras tanto, ASICVAL se ha volcado en brindar apoyo práctico a las personas afectadas. «Aunque como asociación no podemos participar en la reconstrucción, sí estamos ayudando a los vecinos y clientes a recuperar documentos esenciales, como las escrituras de sus viviendas, en colaboración con el Colegio Notarial. También estamos facilitando realojos para familias que no pueden volver a sus hogares», agrega.
DENUNCIA DE PRÁCTICAS ABUSIVAS EN ZONAS AFECTADAS
Sin embargo, no todas las iniciativas en el sector inmobiliario han sido altruistas. En el barrio de Orba, en Alfafar, un área especialmente golpeada por la riada, se ha denunciado la actuación de una inmobiliaria que supuestamente engañó a vecinos bajo el pretexto de ofrecer ayuda para recuperar escrituras.
Los agentes de esta empresa, identificados como pertenecientes a una franquicia conocida, recabaron datos personales de los afectados en las colas de alimentos sin cumplir con los protocolos legales de protección de datos.
Nora García ha condenado enérgicamente este comportamiento: «No se pueden consentir este tipo de actuaciones ni a nivel ético ni profesional. Desde ASICVAL denunciamos estas prácticas y hacemos un llamamiento a los afectados para que comuniquen casos similares».
Además, ASICVAL ha puesto el caso en manos de su gabinete jurídico para estudiar medidas legales contra los responsables y proteger la seguridad de las víctimas.
EL DESAFÍO DE LA RECUPERACIÓN Y EL APOYO
ASICVAL también está centrada en respaldar a las agencias inmobiliarias afectadas por la DANA, particularmente en L’Horta Sud y Chiva, donde se contabilizan 14 oficinas damnificadas.
Según García, la asociación ha creado grupos de apoyo y talleres para que las inmobiliarias puedan manejar las difíciles situaciones que enfrentan sus clientes. «No solo hablamos de recuperar inmuebles, sino de ayudar psicológicamente a personas que lo han perdido todo, transmitiéndoles calma y proporcionándoles soluciones de todo tipo», indicaba.
La situación en Orba ilustra la complejidad del contexto. «Este barrio, humilde y marginado, se ha convertido en un objetivo para especuladores debido a su proximidad con Valencia. Es un recordatorio de que debemos trabajar juntos para proteger no solo las viviendas, sino también a las personas que las habitan«, ha explicado García.
Desde ASICVAL, el compromiso es claro: velar por la ética profesional en un momento en que la confianza de los ciudadanos es crucial. García ha enfatizado que el foco debe estar en la colaboración y en la protección de quienes atraviesan momentos difíciles: «Debemos demostrar que el sector inmobiliario puede ser una herramienta para reconstruir vidas, no para aprovecharse de la vulnerabilidad».
