El Consell realizará un mapa de afectación de los aranceles en la economía valenciana
Edificio del Banco de Valencia en la calle de las Barcas. / Aarongonetravel.com

La política arancelaria impulsada por la administración Trump ha encendido las alarmas en la Comunidad Valenciana. El Consell ya trabaja en un «mapa de afectación» para evaluar el impacto real que los nuevos aranceles tendrán sobre la economía autonómica y, en especial, sobre sectores clave como el agroalimentario, el metal-mecánico, el calzado, el textil o el turrón de Jijona.

La consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Marián Cano, ha explicado que este mapa permitirá implementar «medidas casi quirúrgicas» para apoyar a las empresas más afectadas. Cano también ha pedido la creación de un fondo de ayuda financiado tanto por el Gobierno central como por la Unión Europea.

La medida fue anunciada este lunes tras una reunión celebrada en el Palau de la Generalitat, encabezada por el presidente Carlos Mazón, junto a los consellers de Industria y Agricultura. Al encuentro asistieron representantes de los principales agentes sociales y económicos, incluidos CEV, Cámara de Valencia, Cámara de Alicante, CCOO PV, UGT PV y Femeval, entre otros.

Un plan de choque con enfoque sectorial

Según la consellera Cano, el objetivo es diseñar actuaciones específicas según sectores, comarcas y empresas, teniendo en cuenta sus particularidades y nivel de exposición al comercio exterior.

También se trabaja en la revisión del plan de internacionalización de la Generalitat, reforzando las acciones promocionales en mercados alternativos. Algunos sectores han solicitado diversificación de destinos, mientras otros reclaman intensificar las ayudas en mercados estratégicos.

Cano ha pedido a la UE que impulse una «desescalada con Estados Unidos» basada en el diálogo, respaldando la propuesta de aranceles cero para el sector industrial europeo. También ha reclamado a Bruselas una mayor vigilancia aduanera, simplificación administrativa y medidas para garantizar una competencia justa frente a productos extracomunitarios.

El turrón, uno de los productos más vulnerables

Uno de los sectores más expuestos es el del turrón, cuya producción depende en gran medida de las almendras californianas. Según la Cámara de Comercio de Alicante, mientras que EE. UU. produce más de 2,3 millones de toneladas de almendra, España apenas alcanza las 200.000, lo que obliga a importar materia prima desde California.

El director general de Jijona SA, Pasqual Sanchis, señalaba en À Punt que el mercado estadounidense es crucial para el sector, ya que representa el 20% de las exportaciones. En 2024, la industria del turrón facturó 70 millones de euros, y 400 millones si se contabiliza todo el sector de los dulces. Actualmente, genera empleo directo para más de 1.500 personas, que ahora observan con preocupación la evolución del conflicto comercial.

La amenaza es doble: por un lado, los aranceles de EE. UU. encarecen la exportación del turrón; por otro, si la UE responde con medidas similares, podrían aumentar los costes de producción debido al encarecimiento de las materias primas como la almendra.

Unidad institucional y social ante el desafío

Desde la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), su presidente Salvador Navarro ha pedido una respuesta conjunta desde Europa y ha reclamado una rebaja en la crispación política. «Tenemos un sector exportador muy potente en la Comunitat Valenciana», ha asegurado, abogando por garantizar cláusulas espejo para el sector agroalimentario en nuevos mercados.

Los sindicatos, por su parte, han propuesto activar el mecanismo RED si la guerra comercial afecta a los trabajadores. Ana García (CCOO PV) y Tino Calero (UGT PV) han pedido coordinación entre administraciones y un plan de contingencia basado en el diálogo social. Además, Calero ha instado a «abrir la Comunitat Valenciana a nuevas inversiones internacionales».

Bruselas responde con contramedidas

En paralelo, la Comisión Europea ha excluido de la primera tanda de aranceles de respuesta al bourbon y al vino, como pedía Francia, para evitar una escalada inmediata con Washington. Las contramedidas europeas empezarán a aplicarse en tres fases, la primera el 15 de abril, y afectarán a productos con un valor estimado de hasta 8.000 millones de euros.

Soja y almendras, clave para el turrón, se mantendrán al margen hasta diciembre, coincidiendo con la campaña de producción. Mientras tanto, tanto desde la Generalitat como desde Bruselas, se apuesta por una salida negociada para evitar una crisis de mayores proporciones.