La Plaza Redonda de Valencia, situada en el corazón de la ciudad, es uno de los lugares más emblemáticos, no solo por su historia si no por la actividad comercial y turística que se genera. Declarada Bien de Relevancia Local en 1998 en la Ley valenciana de Patrimonio Cultural, este espacio experimentó una notable remodelación que culminó en 2012 dando paso a un lugar funcional y luminoso. Pero que esta plaza sea tan turística no beneficia a todos por igual porque al final, el valenciano es el que más consume.
Los comerciantes que realizan su actividad comercial comienzan a no estar conformes con todo el movimiento que se genera de personas entrando y saliendo del recinto. Son muchos los se quejan de que tanta afluencia de turistas entorpece su actividad comercial y no se refleja después en la cuenta de resultados.
Aunque hay algunos que piensan que siempre es mejor que la plaza esté atestada de personas porque eso, al final, también beneficia al comercio de toda la vida.
La Plaza Redonda sigue siendo uno de los mayores atractivos patrimoniales de Valencia y ha tenido que adaptarse al devenir de los tiempos. Donde antiguamente los valencianos acudían para comprar animales o tomar algo en los bares de la zona, ahora es uno de los centros turísticos más importantes de la capital del Túria. Renovarse o morir.