España continuará en estado de alarma hasta el 7 de junio
Pedro Sánchez responde a los grupos parlamentarios que han defendido su postura ante el Pleno sobre la prórroga del estado de alarma.

(ARTÍCULO DE OPINIÓN DE SERGIO CASTELLOTE MARTÍN). Señor Sánchez, no suele ser habitual que me dirija a una persona concreta en mis artículos de opinión, pero su dadivosidad y altruismo al redactar una carta a la ciudadanía bien merecen una respuesta a la altura de la sarta de calumnias y pretendidas insidias que ha empleado para victimizarse.

En primer lugar, le comunico que me resulta bochornoso y grotesco que un presidente del gobierno tenga el grado de vanidad y egolatrismo como para intentar causar aflicción en el corazón de los españoles. Lo hace apelando a la figura sagrada de la familia, que si bien usted defiende que deba quedar al margen de la política, no duda en usarla en sus estrategias, porque efectivamente es lo que es su pretenciosa carta, un pretexto para dar un golpe de efecto más y escribir otro capítulo del manual de resistencia.

Cada vez usted señor Sánchez es más previsible en su imprevisibilidad congénita, y es por ello por lo que este circo no va a salirle como usted espera. La gente ya no confía en que dimita, porque sería lo correcto y correspondiente al interés general , y nos ha quedado claro que no comulga con ese imperativo que exige el cargo que ostenta. Podría enumerar gran cantidad de motivos por los que debería haber abandonado su cargo hace mucho tiempo, y la posible corrupción de su esposa es quizás el menos trascendental de todos ellos.

Lo peor de todo no es que realiza esta performance de forma burda y a sabiendas de que juega con la confianza de los pocos españoles que se la siguen brindando, a eso estamos acostumbrados, es que lo hace con acusaciones falaces que denotan una falta absoluta de argumentos y remordimientos. Todo lo que denuncia gimoteando en su escrito ha sido el primero en practicarlo en nuestra historia democrática. Parece más bien una enmienda a la totalidad a su infame trayectoria que una defensa frente a terceros.

Señor presidente, a mí tampoco me causa rubor afirmar que el que ha apostado por la confrontación social como motor electoral es usted, que el que ha recuperado el guerracivilismo en política es usted, que quien a sabiendas de que las urnas no le dieron mayoría para gobernar decidió buscarla con cesiones inimaginables incluso para los socialistas, es usted; y así podríamos continuar con un largo etcétera de actuaciones despreciables que le caracterizan.

Lo realmente chocante es que le sorprenda la intensa lucha de gran parte del pueblo español por apartarlo de la presidencia, después de haber construido un muro detrás del cual nos sitúa, como a leprosos, a todos aquellos ciudadanos a quienes no considera democráticos por no apoyar sus pretensiones. Se le olvida que también es por desgracia nuestro presidente, y nos repudia. Por ello, la batalla sin cuartel contra usted, siempre en lo político, debe ser a mi juicio intensa e incesante, porque un pueblo debe poder defenderse frente a cualquier elemento nocivo que lo amenace.

A la política se viene ya llorado, señor Sánchez, pero le digo más, por si le aclara sus supuestas dudas, no merece la pena. No merece la pena seguir siendo el peor presidente que recordamos, no merece la pena seguir desguazando el Estado de derecho, no merece la pena seguir adelante porque con usted el único destino al que nos dirigimos es al abismo. Aunque no me cabe duda de que le ha devorado su propio personaje y está ahora mismo zafándose de todos nosotros, le deseo que estos días libres que con sorna se ha tomado para sí, le sean provechosos y por una vez tome la decisión adecuada que sin duda es irse y firmar su defunción política. Gracias por su tiempo.