Cae un ciberestafador que robó 2,7 millones con identidades falsas

La Policía Nacional ha detenido en Valencia a un hombre de 38 años, de origen rumano, acusado de estafar más de 2,7 millones de euros en seis años. El detenido utilizó hasta 55 identidades falsas para abrir 364 cuentas bancarias en varios países, a través de las cuales realizó estafas de diversa índole. Entre los delitos cometidos se encuentran modalidades como el fraude CEO, el ‘Man in the middle’, el alquiler fraudulento de viviendas y la venta de productos inexistentes.

La investigación comenzó a principios de 2022, cuando los agentes del Grupo de Ciberdelincuencia de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valencia fueron alertados sobre un caso de estafa en modalidad CEO.

La víctima, una empresa que mantenía relaciones comerciales con otra firma, recibió un correo fraudulento que simulaba ser de la misma empresa. Tras el engaño, la víctima realizó una transferencia bancaria a una cuenta, que supuestamente pertenecía a la empresa. Sin embargo, la cuenta había sido abierta utilizando documentación falsa, lo que encendió las alarmas y permitió el inicio de la investigación.

El seguimiento de la operación reveló que el ciberestafador operaba a gran escala. Utilizaba identidades falsas de diferentes países de la Unión Europea, como Dinamarca, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia. Este modus operandi le permitió abrir varias cuentas bancarias y realizar transacciones fraudulentas sin ser detectado.

Los agentes rastrearon las cuentas abiertas en diversas sucursales bancarias de Valencia y localidades cercanas, y detectaron que el delincuente retiraba el dinero en cajeros automáticos de la misma zona.

Un ciberestafador con múltiples identidades

A lo largo de la investigación, los agentes descubrieron que el detenido llevaba operando desde 2018, realizando múltiples estafas en diversas modalidades. La Policía Nacional localizó 364 cuentas bancarias abiertas bajo 55 identidades falsas, lo que le permitió al estafador ocultar su identidad y dificultar su localización.

Además, el fraude también se extendió a otros países de Europa, lo que motivó la colaboración de las autoridades internacionales. A pesar de los esfuerzos de los investigadores, el ciberestafador lograba evadir la captura al cambiar constantemente de domicilio.

En mayo de 2024, después de varios meses de vigilancia y análisis de datos, los investigadores lograron identificar la vivienda donde el ciberestafador se encontraba residiendo. Durante su detención, los agentes incautaron varios dispositivos electrónicos, incluyendo teléfonos móviles.

También, pasaportes y documentos de identidad falsificados, entre los que se encontraban certificados de ciudadano de la Unión Europea y documentos rumanos. El detenido fue arrestado y puesto a disposición judicial, siendo posteriormente ingresado en prisión. Además, su pareja fue detenida por intentar agredir a los agentes durante la operación.

El arrestado, con antecedentes policiales, ha pasado a disposición judicial, decretándose su ingreso en prisión. De la detención se está dando cuenta a numerosos Juzgados de toda España que siguen procedimientos relacionados con identidades falsas utilizadas por el detenido.