(ALBA SÁEZ).- Las cabinas telefónicas están en riesgo. Las previsiones apuntaban a una desaparición a partir del 2019, medida que el Gobierno decidió posponer para el mantenimiento de estas. La llegada de los smartphones y las últimas tecnologías que hacen la vida más sencilla son los responsables de que los míticos teléfonos públicos estén a un paso del declive.
La Comisión Nacional de los mercados y la Competencia (CNMC) ha reiterado su posición sobre las cabinas telefónicas. Así lo ha vuelto a declarar en su último informe publicado, en el que sugiere que las cabinas dejen de ser denominadas como servicio básico universal para poder retirarlas. La CNMC reconoce también que sin ellas no se puede garantizar ofrecer el servicio universal de telefonía.
Sin embargo, el aumento del coste de su mantenimiento y el poco uso que se hace de ellas les ha llevado a hacer esta recomendación al Ministerio de Industria. El Gobierno ya alargó el periodo de las cabinas con una prórroga hasta el presente año 2019. Una vez alcanzó el plazo estipulado, el Gobierno decidió atrasar esta decisión sobre el futuro incierto de las cabinas con un nuevo plazo que consistía en el trámite del Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, el cual está todavía a falta de más de un año para su aprobación.
La empresa (Telefónica) está obligada a mantener al menos una cabina por municipios de, al menos, mil habitantes o más. Es una cláusula que Telefónica tiene que cumplir, aunque lo más probable es que las cabinas acaben desapareciendo y encontrando alternativas para que se pueda llevar a cabo su destrucción. La Comisión Nacional de Mercados y Competencia ya se ha pronunciado al respecto en más de una ocasión, solicitando al gobierno que se replantee la obligatoriedad de mantenimiento.
En España quedan alrededor de 15.000 cabinas telefónicas de las más de 65.000 que había en el año 2000, desapareciendo con una media de 5.000 cabinas por año. Es por ello que la compañía Telefónica pierde alrededor de tres millones de euros anuales por el mantenimiento de ellas. Como es evidente, la comodidad de los smartphones han sido los responsables del declive y desaparición paulatina de las cabinas.