El diputado de Compromís en Les Corts Valencianes, Juan Bordera, uno de los 21 activistas españoles de la Flotilla Global Sumud liberados por Israel tras haber firmado el documento aceptando que su entrada en el país fue ilegal, ha asegurado este lunes que en los últimos días ha vivido «una pesadilla» pero, a pesar de ello, volvería mañana a la flotilla «sin duda«.
Tras la llegada de Bordera a Valencia, los medios valencianos han podido recoger sus declaraciones en los Jardines de Viveros. «Es muy difícil describir con palabras todo lo que se ha vivido allí» asegura el parlamentario, quien denuncia que han recibido tanto violencia física como psicológica por parte del ejército israelí que interceptó las embarcaciones.
«Me han dado un golpe en las costillas y a un compañero casi le rompen un brazo». Según Bordera, han sido tratados como animales, ofreciéndoles comida caducada y sin dar medicinas a los enfermos, teniendo en cuenta de que había un diabético que llevaba tres días sin tomarla. Todo esto sucedía mientras no estaban grabando, una vez ya en las prisiones israelíes, pues mientras el ejército era grabado en los barcos de la flotilla, «Eran hasta agradables».
La situación en Israel
A pesar de que el primer grupo de 21 españoles ha aterrizado ya de vuelta en España, todavía quedan allí compañeros, de los cuales algunos se encuentran en huelga de hambre. «Los primeros en salir fueron los italianos por la alianza que tienen con Israel, después fueron los malasios y británicos y luego ya nos ha tocado a los españoles». Asimismo, los compañeros que siguen allí continúan «incomunicados sin derecho a llamadas ni asistencia consular ni legal».
Bordera denuncia que «Israel no respeta las normas internacionales», saltándose la ley y atacando a la flotilla en aguas internacionales y territorios de otros países. Esto preocupa sumamente al parlamentario, debido a que si ellos pueden hacerlo, otros países podrían comenzar a atacar también.
Durante estos días intentarán llegar 9 barcos más a Gaza que según Bordera, correrán la misma suerte que ellos y los interceptarán en aguas internacionales de forma ilegal. Según el parlamentario, «Debería ser la comunidad internacional la que libere un corredor humanitario estable y permanente que permita que la ayuda humanitaria llegue a alguien que no sea Israel», porque considera que esto no es una responsabilidad que debería caer en la sociedad civil, sino que debería estar en los gobiernos.
A pesar de no haber podido llegar a la costa de Gaza, Bordera afirma a los medios valencianos que volvería «mañana«, pues cree que lo que se ha hecho es «Un paso imprescindible, pero no suficiente».













