El mundo digital cambia cada segundo. Desde que has abierto esta noticia ya se han posteado miles de comentarios en X (antes Twitter), publicado millones de fotos en Instagram e informado de miles de situaciones «reales» en BeReal en todo el mundo, y aquí es donde nos queremos parar.

En 2019 dos jóvenes franceses ponen en marcha una aplicación con el objetivo de mostrar la vida real de los jóvenes y que «no todo es perfecto como parece» en las redes sociales. Para ello crean BeReal una «app» que basa su funcionamiento en una única foto al día que se tiene que subir cuando te salta un aviso. Desde entonces tienes tan solo 2 minutos para poder hacer la mejor foto de lo que estás viviendo tú en ese momento, y lo que está frente a ti.

Si bien, la idea tardó en popularizarse, en 2022 está aplicación fue más descargada que cualquiera de las de Meta (Facebook e Instagram), especialmente entre los más adolescentes, quienes pronto encontraron en ella su nuevo espacio de socialización. Pero ¿es bueno ser tan real? ¿es tan real como parece?

NI TAN REAL, NI TAN SEGURA, PERO MÁS ANGUSTIOSA

En BeReal debemos tener en cuenta que nada es tan real como parece. Por un lado, la aplicación permite repetir la foto y, por otro, también permite subirla fuera de esos dos minutos (aunque salte un aviso), por lo que los ajustes a una «realidad mejorada» son cada vez más habituales. Una «realidad mejorada» que, según un estudio de PhotoAID, se traduce en una angustia al pensar que la vida real de otras personas es más interesante que la propia.

Así, un 68 % de los encuestados asegura que ha sufrido angustia en BeReal y un 35 % que este sentimiento es más intenso en esta red social que en otras. Esto se debe a una falsa sensación de realidad ya que, tal y como ocurre con el resto de redes sociales, el usuario siempre busca su mejor cara. Es por este motivo que el 82 % de los usuarios encuestados admiten haber esperado al menos una vez a vivir un momento interesante para publicar una foto.

Junto con todo esto, debemos tener en cuenta que la realidad a veces nos coloca en espacios que, sin querer nos llevan a compartir cosas que no debiéramos. Así, una pantalla del ordenador del trabajo, un número de identificación o gente que no conocemos pueden colarse en nuestra «realidad» y violar la privacidad, suponiendo un peligro para nuestra seguridad y la de otros, además de una infracción legal.

UN NUEVO RETO PARA FAMILIAS Y EDUCADORES

Es por todo ello que, desde hace unos meses, son muchas las voces que alertan del uso de esta nueva red social. Así familias y educadores deberán hacer un nuevo esfuerzo por enseñar que es real y que no, especialmente en estas fechas de vuelta al cole y desconexión de redes socales. Para ello muchos adultos tendrán que ponerse a trabajar y es que, el desconocimiento de estas redes es el gran «handicap».

Como todo en el mundo digital, la práctica hará experto al usuario y será entonces cuando, con probabilidad, y tal como ha ocurrido con otras, esta red social desaparezca, pero, de momento, toca trabajar y formar en privacidad.