El Levante UD ganó el primer partido de pretemporada disputado ante el CF La Nucía por 0-5 con doblete de Álex Alegría.
Había ganas de recuperar las emociones y las sensaciones en el interior del verde. El fútbol siempre es fútbol, pese a la condición de amistoso del duelo disputado ante La Nucía. No tardó en exceso en consignar el Levante este planteamiento sobre el verde de la coqueta Ciudad Deportiva Camilo Cano de la localidad de la Marina Baja. Cinco minutos bastaron para inaugurar el marcador. Toño, muy atento a la segunda jugada tras un rechace de un saque de esquina, agujereó la red local tras impactar con el esférico. En su recorrido el balón chocó con un defensor del bloque alicantino para despistar a Marcano. La diana arribó tras una combinación entre Iván y Shaq que dejó al futbolista de origen americano sin más oposición que la figura del cancerbero alicantino. Un Levante de tendencia centrífuga se estrenó sobre el tapete con una goleada convincente. La ambición marcó el desarrollo de una confrontación que Muñiz entendió como un banco de pruebas en aras a la construcción de la proyección que la sociedad azulgrana tratará de plasmar en el marco de LaLiga Santander en poco más de un mes.
El preparador asturiano optó por conceder minutos a la práctica totalidad de la plantilla que habitualmente ejercita en Buñol. En ese sentido, el reparto, como suele ser habitual en este tipo de confrontaciones, fue equitativo con el diseño de dos onces totalmente diferentes en función de cada una de las mitades materializadas. No obstante, hubo una tendencia igualitaria en cuanto a la respuesta del colectivo azulgrana. Quizás las bases, partiendo de los caracteres que identificaron al Levante el curso pasado, parecen claramente fijadas, si bien es tiempo de asimilación y de ensamblaje, principalmente para los actores recién llegados al grupo azulgrana en clara referencia a Álex Alegría, Luna y Bardhi. Los tres cruzaron el umbral que separa el césped del banquillo en la reanudación de la primera cita amistosa y los tres dejaron muestras y esencias de sus credenciales sobre el rectángulo de juego. De hecho, Álex Alegría y Bardhi capitalizaron la secuencia del gol en la segunda parte de la confrontación frente a La Nucía
Quizás uno de los aspectos más acentuados del ensayo fue la notable intensidad evidenciada por un colectivo que no escatimó esfuerzos en el bautismo de la pretemporada. Se trata de uno de los componentes que sobresalen en la libreta de Muñiz. El trabajo de signo gremial es obligado. Nadie parece querer perder comba en un período que se atisba fundamental. Por el horizonte se divisa el universo de la Primera División. La noticia es excelente para el entrenador asturiano por el significado que encierra. En ese sentido, el equipo fue reconocible en sus formas y también en su planteamiento. El Levante fue geométrico en el medio del campo durante los noventa minutos con las duplas compuestas por Campaña y Verza, con la colaboración de Espinosa, y a posteriori con Pepelu y Lerma como conductores de la sala de máquina. El bloque fue paciente en su relación con el cuero y punzante por las bandas para alcanzar los dominios de la portería contraria.
Lo consiguió con las apariciones de Morales y Toño por la izquierda y Shaq e Iván por el flanco contrario en los cuarenta y cinco minutos iniciales y repitió en la segunda fase con Luna y Rubén y Jason y Pedro López. El balón corrió sobre el verde para alcanzar los costados. Los goles en realidad confirman esta tendencia de naturaleza centrífuga. En ocasiones, los partidos pierden ese componente de amistoso que caracteriza a los encuentros estivales. Así lo entendió Rubén en la génesis del primer gol de Álex Alegría. El canterano bailó en una baldosa para poner el cuero en las botas del ariete. Y el sevillano repitió con Luna percutiendo por la izquierda. Bardhi redondeó el luminoso con un cabezazo, al unísono con un defensor, que sorprendió a Marcano. El Macedonio estrenó su currículum con un gol. Durante algo más de veinte minutos mostró verticalidad, valentía y un potente disparo. Chema cerró la cuenta con una de sus especialidades. En el área rival suele ser indetectable.