Aunque vivimos en un mundo físico, en nuestro bolsillo llevamos un aparato que nos convierte en ciudadanos digitales. El móvil se ha convertido en un asistente en nuestro día a día pero a veces desconocemos los riesgo que comporta su uso.
Protegerse contra los riesgos del mundo digital en el que también vivimos es lo que se conoce como ciberseguridad, un concepto que para muchos ciudadanos es desconocido.
Para evitar ser espiados o que nos roben nuestros datos tenemos que ser conscientes de lo que autorizamos en internet. Por ejemplo, no podemos aceptar sin leer todas las clausulas a las que nos comprometemos cuando nos instalamos una aplicación gratuita. Es en este ámbito en el que debemos ser más precavidos ya que si la aplicación es gratis nosotros somo el producto para la compañía que lo ha creado y, por tanto, querrá sacar rédito de ese servicio que nos ofrece sin ningún tipo de coste.
Como conclusión podemos decir que, tanto en el mundo físico como en el digital, el sentido común es el que nos tiene que guiar.