Con la llegada de las Fallas son muchos los vecinos de Valencia que buscan salir de la ciudad. Ruidos, incomodidades y pólvora alteran el ritmo habitual de la capital convirtiéndola en un espacio poco agradable para quien no se sume a la festividad. Y, entre los habitantes afectados, se encuentran los animales. Perros y gatos sufren de manera especial la llegada de las fiestas josefinas.
Según el etólogo, Juan Argüelles, un 40% de los perros tienen problemas con los ruidos fuertes y casi un 20% son problemas muy graves. «El problema fundamental es la fobia a los ruidos, un miedo muy intenso que provoca una reacción de huida y que permanece mucho tiempo después», asegura el veterinario.
En este sentido la permanencia del susto durante horas es lo que complica, todavía más, la respuesta en tiempo de Fallas con explosiones constantes. Como resultado, Argüelles afirma «muchos de los perros entran en colapso y no pueden ni salir a la calle ni moverse de casa«.
Para prevenir una afectación mayor, lo primordial es estar atento a los primeros síntomas en los animales. «Si sabemos que vivimos en Valencia y sabemos la idiosincrasia del ambiente, la primera medida es observar que pasa la primera vez que escuchan petardos y si tiene cierta tolerancia o no».
Pero, más allá del sonido, hay un problema insalvable que es el olor a pólvora. «Las mascotas son capaces de detectar el olor a pólvora incluso en una cámara insonorizada», asegura el miembro de la comisión de bienestar del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia (ICOVV).
Valoración positiva de las horas sin petardos
Ante esta realidad, desde el ICOVV, valoran positivamente la novedad incluida en el bando fallero 2023. En ella, se pide a las comisiones que entre las 15.00 y las 17.00 no se realicen actividades ruidosas. «Es una medida para nosotros fundamental y es un gran avance», asegura Argüelles.
Además, se pone en valor que esta normativa no solo beneficia a las mascotas, que tienen una nueva ventana de tiempo para salir a la calle, sino también a otros colectivos sensibles. «Ojalá el mundo fallero sea consciente a estas sensibilidades», sentencia el especialista.