Estos días, quienes pasean por BOPARC Valencia sus senderos no solo se encuentran con la fiel recreación de la sabana o las frondosas selvas africanas, sino también con calabazas sonrientes, lápidas, fantasmas y telarañas que decoran los hábitats naturales. No es una película de aventuras: es el Halloween más natural y divertido, pensado especialmente para los verdaderos protagonistas del parque: los animales.
Detrás de esta estampa tan original hay mucho más que estética. Todo forma parte del programa de enriquecimiento ambiental que el equipo de cuidado animal de BIOPARC diseña para mejorar el bienestar físico y emocional de cada especie. Estas acciones, que parecen juegos, estimulan los sentidos, despiertan la curiosidad y fomentan comportamientos naturales como la exploración o la búsqueda de alimento.
Los visitantes han podido vivir escenas tan entrañables como sorprendentes. En el recinto de los elefantes, las crías Malik y Makena fueron las auténticas estrellas: correteaban, olfateaban y empujaban las calabazas con sus trompas, mientras las destrozaban entre risas del público. Las madres, pacientes, observaban cómo los pequeños aprendían jugando, uno de los pilares del bienestar animal.

En otra zona, los leones recibían su propio “menú de terror”: calabazas rellenas de carne fresca y gelatinas rojizas que simulaban sangre. El olor despertaba su instinto depredador y convertía el banquete en una experiencia olfativa irresistible. Los gorilas, siempre observadores, se tomaron el reto con calma. Rebuscaban entre las telarañas y los adornos hasta encontrar frutas escondidas, demostrando su ingenio y habilidad.
Tampoco faltaron los facóqueros, las mangostas rayadas, los hipopótamos, rinocerontes y hasta los simpáticos lémures, todos disfrutando de un Halloween hecho a su medida. Cada especie recibió una propuesta adaptada a su dieta y comportamiento, combinando diversión y aprendizaje. Incluso las aves y mamíferos que participan en la exhibición educativa “El ciclo de la vida” tuvieron su particular versión de esta celebración “terroríficamente natural”.
Lo mejor de todo es que esta iniciativa no solo hace felices a los animales. También inspira a las personas. BIOPARC busca que cada visitante viva una experiencia de “ocio con causa”, donde la emoción se une al conocimiento y al respeto por la biodiversidad. Así, lo que empieza como una visita divertida puede acabar despertando una nueva conciencia sobre la necesidad de conservar el planeta.
BIOPARC Valencia reafirma así su papel como un referente en conservación y sensibilización medioambiental, demostrando que la educación y la diversión pueden convivir en un mismo espacio… incluso cuando hay fantasmas, calabazas y telarañas de por medio.
Entradas a precio infantil
Y para quienes quieran disfrutar de esta magia en vivo, noviembre llega con buenas noticias: los BIOdías regresan con una promoción especial que ofrece todas las entradas a precio infantil al comprarlas online con al menos un día de antelación. Una oportunidad perfecta para disfrutar del otoño entre rugidos, naturaleza y mucha vida salvaje.











