El responsable de ciberseguridad de la tecnológica Sothis, Alejandro Aliaga, alerta sobre un incremento de los ciberataques en línea con la tendencia de los últimos años, en los que se viene registrando una mayor actividad y sofisticación de la ciberdelincuencia. Para Aliaga, este año “el cibercrimen se irá profesionalizando”.
Los criminales cibernéticos están adoptando “las mejores prácticas del mundo empresarial con el claro objetivo de aumentar la eficiencia de sus ciberataques para conseguir un retorno económico”. Con el fin de buscar una optimización de los ciberataques, los delincuentes de la red ofrecen servicios “end-to-end” que abarcan desde el propio diseño del malware hasta otros servicios de valor añadido como el blanqueo de capitales, señalan desde Sothis. Esta compañía es miembro de CSIRT.es, el foro que agrupa a reconocidos equipos españoles de respuesta a incidentes de seguridad, como el de la Policía o la Guardia Civil, entre otros.
En la ciberdelincuencia también hay “tendencias”, según el experto. La acción estrella en el año que se acaba de cerrar ha sido el secuestro virtual de información, los denominados ataques de ransomware; un software malicioso que al infectar los equipos da al ciberdelincuente la capacidad de bloquear dispositivos desde una ubicación remota y encriptar archivos e información.
Tanto o más incidencia que el ransomware tendrá el cryptojacking, con el fin de minar criptomonedas a través de la vulneración de equipos y dispositivos IoT (Internet of Things). Se consumen así recursos energéticos y computacionales de ordenadores ajenos para lograr beneficios de forma fraudulenta. Es una amenaza que no afecta directamente a la información de los usuarios, pero sí a la capacidad de procesamiento y puede comprometer las capacidades del dispositivo afectado.
Una tercera tendencia que se confirmará al alza es el llamado phishing, el envío de correo electrónico suplantando la identidad de una persona o empresa para conseguir datos de cuentas bancarias o claves de acceso. Son ataques que seguirán evolucionando y se irán enfocando cada vez más a personas con responsabilidad en la toma de decisiones en las organizaciones y con acceso a recursos financieros, ya que la principal motivación del ciberdelincuente es “rentabilizar su negocio”, apuntan desde Sothis.
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