En la madrugada de este próximo domingo tendrá lugar, de nuevo, el cambio de hora en España. Este acontecimiento viene por excelencia ocurriendo desde años históricos. La primera vez que se aplicó fue durante la I Guerra Mundial, seguido con la Crisis del Petróleo en 1973 donde se reanudó su uso.
Uno de los que sugirió este hecho, que viene ocurriendo todos los años el último domingo de marzo y de octubre, fue Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos. Franklin envió una carta al diario Le Journal de París en la que planteó llevar a cabo una serie de medidas para el ahorro energético.
El cambio de horario de este domingo es bien acogido por la sociedad a pesar de contar con una hora menos de sueño atrasándose las agujas del reloj una hora, por lo que las 2:00 se convertirá en las 3:00. Según añaden fuentes, el tiempo de luz diurna a las tardes beneficia al comercio, actividades deportivas y otras prácticas tras su jornada laboral pero esta puede presentar dificultades a la agricultura y otros cargos laborales que dependen del tiempo de exposición a la luz solar.
El cambio de hora tiene sus defensores y detractores. José Díaz Canseco, miembro de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles, explica a La Vanguardia “lo que está constatado es que el cuerpo, de promedio, tarda tres días en adaptarse a las nuevas condiciones. Hay personas que pueden tardar dos semanas”.
Los principales afectados son las personas mayores y los niños. Los expertos recomiendan no modificar radicalmente las rutinas diarias ya que tanto jubilados como niños podrían sentirse cansados, sobre todo a la hora de despertarse o de irse a dormir.
A día de hoy se ha convertido en un hecho significante por las mejoras económicas que supone.
Según estimaciones de la Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (IDAE) en nuestro país el ahorro de luz es de un 5%. Teniendo en cuenta que el consumo medio de una familia española es de 3200 kWh, el ahorro sería de más de 6 euros por hogar. IDAE recomienda que haciendo un uso inteligente de iluminación en los hogares puede llegar a permitir un ahorro de hasta 100 euros al año.