El Valencia CF no podrá jugar la final de Copa del Rey al perder ante el FC Barcelona por 0-2, en un trepidante encuentro con una gran primera mitad de los de Mestalla que mereció, por lo menos, igualar la eliminatoria que traía del Camp Nou. Sin embargo, un gol de Coutinho en el arranque del segundo tiempo y la buena actuación del meta Cillessen destrozaron todas las ilusiones blanquinegras de llegar al último peldaño de esta competición. La afición estuvo fantástica, animando desde el principio al equipo, al que despidió con una gran ovación. Gracias afición.
Una pena porque había sido una jornada impresionante, de esas noches mágicas que siempre hacen de Mestalla un estadio muy especial y diferente. En los prolegómenos del partido miles y miles de espectadores recibiendo al equipo a su llegada al campo con gritos de ánimos y, sobre todo, con un cántico muy claro y contundente: ‘Sí se puede, sí se puede”. Luego, desde el pitido inicial, el césped de la Avenida de Suecia se convirtió en una intensa olla a presión a favor de los suyos. Una auténtica pasada que, lamentablemente, no tuvo al final el premio merecido de la clasificación.
Además, después del resultado de la ida, todos y cada uno de los componentes del equipo habían mostrado su convencimiento que alcanzar la final era posible. Y la afición en primer lugar. Una vez más demostró su amor y unión a la plantilla con su apoyo incondicional a su escudo. Y eso, sin duda, ya era un aliciente que tocaba el corazón de los jugadores valencianistas que salieron con una motivación extra.
Marcelino quiso también buscar nuevas ideas para superar a un intratable FC Barcelona. El 1-0 de la ida obligaba a marcar, pero también a no encajar ningún gol. En ese entramado táctico Parejo, Coquelin y Kondogbia se encargaban de un centro del campo con muchas variantes futbolísticas, con Rodrigo por delante y Zaza y Vietto en punta. Y el inicio fue ilusionante con un Valencia CF bien posicionado y ofreciendo una gran versión.
Coquelin y Messi se sumaron a la fiesta. Pero fue Rodrigo quien estuvo en el minuto 14 muy cerca del primer gol, pero su remate de cabeza dio en el larguero con el meta azulgrana batido. ‘A por ellos, a por ellos’. Mestalla se volvía loca con su equipo y lo llevaba en volandas en busca de la remontada. Rodrigo también probó desde fuera y, de nuevo, Cillessen evitó el tanto blanquinegro. Eran los mejores momentos de los locales que tenían un tanto despistado al FC Barcelona, acostumbrado más a dominar que a lo dominen.
Estaba siendo un partido vibrante con un Valencia CF seguro atrás que aceleraba el juego a partir de la parcela ancha y un FC Barcelona con calma, sin perder el balón, tocándolo de lado a lado y sin arriesgar lo más mínimo. Pero nadie daba tregua y al descanso se llegó con el empate inicial y con la afición muy metida en la semifinal. Ya era el todo o nada.
En el arranque de la segunda mitad Coutinho, que acababa de salir al campo, marcó el 0-1 en el primer balón que tocó. Fue un durísimo jarro de agua fría totalmente inmerecido por la escasa ambición mostrada por el Barcelona. Pero es lo que tiene el fútbol. Marcelino hizo dos cambios con la entrada de Carlos Soler y Guedes. El Valencia CF necesitaba marcar sí o sí y pronto para tener todavía esperanzas de la heroica. Y el atacante portugués quiso darle emoción pero su remate de cabeza salió alto por poco.
Por si los problemas no eran suficientes Garay tuvo que ser sustituido en el minuto 70 al sufrir un problema físico. Ruben Vezo salió por el central argentino. Pese a ello el Valencia CF siguió dando la cara y Gayà se topó con un gran Cillessen que hizo la parada de la noche llena de reflejos. Ni él se lo podía creer. Hasta la suerte acompañaba al FC Barcelona que aumentó su renta con el ya intrascendente segundo gol de Rakitic con los locales volcados en ataque.
Al final, adiós de un muy buen Valencia CF a una Copa del Rey en la que el equipo de Marcelino ofreció siempre una gran versión, incluido en esta semifinal ante el intratable rival que mostró su potencial económico sobre el césped de Mestalla. Otra vez será, pero nos sentimos muy orgullosos de los jugadores.