Las víctimas del accidente de metro del 3 de julio de 2006 en València, que costó la vida a 43 personas e hirió a otras 47, mantienen viva la esperanza de hallar responsables de la tragedia cuando este lunes se cumplirán once años de ella y el proceso judicial se enfrenta a la amenaza de un nuevo carpetazo.
La asociación de víctimas, según explica a EFE su portavoz, Rosa Garrote, sigue dispuesta a llamar a cuantas puertas judiciales sea necesario para determinar responsabilidades, pese a los vaivenes emocionales experimentados en los últimos meses.
Las tesis de buena parte de los familiares y amigos de los fallecidos en aquel accidente de la curva previa a la estación de Jesús de Metrovalencia se vieron respaldadas por las conclusiones aprobadas por la mayoría de Les Corts en 2016 tras una segunda comisión de investigación, pero chocan frontalmente con la opinión de la jueza instructora, que sigue sin ver responsables penales.
Si Les Corts concluyeron hace ahora un año que el accidente era previsible, que la Línea 1 no era segura y que FGV no invirtió lo necesario en seguridad, la jueza planteó en mayo el archivo de la investigación por haber descartado responsabilidades penales y la imposibilidad de acreditar un fallo en el vagón o la vía.
Esta decisión está recurrida tanto por la Fiscalía como por la asociación de víctimas.