“¿Y ahora qué?”, esa es la gran pregunta que ronda en las cabezas del mundo fallero. La asamblea de presidentes de fallas tumbó ayer el calendario para las Fallas 2026 propuesto por JCF. Un acto de protesta ante el Consejo Escolar, que persiste en su intención de dejar el 16 de marzo como día lectivo.
Ahora la Junta Central Fallera tiene una difícil tarea, pues tiene que ponerse en contacto con el Consejo Escolar, que se ha cerrado en diversas ocasiones a tocar el calendario de festivos.
Tras esto, cualquiera que sea el acuerdo final al que lleguen, quedará confeccionada una nueva propuesta para los festejos del año entrante, la cual será trasladada a la Generalitat. Y, una vez estos den su visto bueno, se convocará de nuevo a la asamblea para llevar a cabo la consecuente votación.
Entre la espada y la pared
“No somos conscientes de lo que supone esto. Creo que las quejas, que son más que legítimas, son suficientemente consistentes para que hayan calado de cara al futuro, pero ahora mismo solo queda lo que hay: de momento, no hay programa de festejos«, declaró anoche Santiago Ballester, presidente de JCF.
Ballester recordó también que ya tuvieron acercamientos al Consejo Escolar en pos de buscar el cambio de estatus para el día 16 de marzo, pero obtuvieron la negativa de estos tras una votación de asociaciones y el AMPA.
Soluciones y críticas
Ballester también mencionó las dificultades que podrían conllevar el retrasar la entrega de premios para las fallas infantiles, que es el acto que ha originado la discordia sobre el día 16 de marzo.
Si finalmente el 16 sigue siendo festivo, la solución obvia pasaría por retrasar ese acto, que es el que chocaría con el transcurso del horario escolar. “No es tan fácil como parece, porque en un acto de esta envergadura hay movilidad, policía…” espetó el presidente de JCF, que lamentó la posibilidad de no poder adoptar esta solución como plan alternativo.
Por su parte, las comisiones, durante el turno de palabra, hablaron de “desprecio” y demandaron presión ante el Consejo Escolar. Un Consejo al que acusan de cerrarse en banda y de no tener en cuenta a la fiesta y aquellos que la hacen posible
¿Y ahora qué?
El calendario queda, por el momento, congelado. El acto de apertura, según el borrador desechado ayer, estaba previsto para el 11 de enero con la presentación de los Pasodobles de las Falleras Mayores.
El 15 y el 16 son, en teoría, el turno para la Gala de la Indumentaria y Pirotécnica, respectivamente. Pero, de seguir el programa en suspenso, estos actos no se celebrarán. Esta es una determinación que dejó clara la JCF, que no contradirá aquello votado por la asamblea.
Previsiblemente los actos de mayor envergadura tendrán lugar sin problema, siendo la votación del programa una problemática más que solucionada cuando la capital del Turia huela a pólvora.
Pero ahora los de Ballester se enfrentan a un reto mastodóntico en busca de una solución que contente a todos en tiempo récord. El coste de un acto de reivindicación que habrá que esperar a ver si da sus frutos a corto, medio y largo plazo. Mientras tanto, mucho papeleo, reuniones y llamadas cerrarán el año en JCF para que las Fallas tengan su calendario.
