La secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad, Asunción Quinzá, / GVA

El 25 de noviembre vuelve cada año como una fecha señalada, pero para Asunción Quinzá, secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad de la Generalitat Valenciana, “no es un día, son los 365”. Así arrancaba su reflexión sobre cómo se combate una violencia que continúa instalándose en demasiadas vidas.

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero para nosotros lo es todos los días”, afirma con rotundidad. Su relato se sostiene en una idea innegociable: la lucha no descansa. Así lo demuestra el impulso dado en estos dos años de gobierno, donde se ha creado por primera vez un comisionado específico con rango de dirección general, acompañado —subraya— de “un aumento del 50% en el presupuesto destinado a estas políticas”.

A su testimonio se suman datos concretos que, aunque ligeramente esperanzadores, no permiten bajar la guardia. “Este es el año con menos víctimas en la Comunitat Valenciana: dos mujeres. Son demasiadas. No puedo celebrarlo, pero sí seguir trabajando”, explica con cautela. Esa tensión constante entre la mínima mejora y la magnitud del problema define buena parte su visión: “Con un solo caso, ya es intolerable”.

Uno de los ejes clave de su mandato ha sido la ampliación de recursos. Quinzá detalla la apertura de seis nuevos centros especializados, uno por provincia dedicado a agresiones sexuales, el largamente reclamado Centro Mujer 24h de Elche, y dos centros residenciales para víctimas con hijos e hijas. “Hoy más de 600 profesionales trabajan directamente en esta lucha”, recalca, subrayando la necesidad de acompañamiento integral.

Pero su voz se endurece al hablar de uno de los episodios más polémicos del año: el fallo en las pulseras telemáticas de protección. Lo califica sin rodeos como “lamentable” y “una desprotección inadmisible”. Expresa su preocupación por las mujeres afectadas y denuncia la falta de explicaciones por parte del Gobierno central: “Hemos pedido información y seguimos esperando respuesta. La lealtad institucional es imprescindible cuando hablamos de vidas en riesgo”.

Foco en la juventud

El foco en la juventud es, para Quinzá, una urgencia. Los datos muestran un repunte de actitudes violentas entre adolescentes, y por eso la campaña 25N de este año se dirige directamente a ellos. Con mensajes como “Soy celoso porque la quiero. Esto no es amor, es violencia”, se busca romper normalizaciones peligrosas.

Hablamos su lenguaje: redes sociales, móvil, TikTok. Queremos que identifiquen lo que no es amor y actúen”, señala.

La educación, insiste, es un pilar transversal: desde la infancia hasta los grandes eventos. La Generalitat ha multiplicado la presencia de Puntos Violeta en festivales y celebraciones, incorporando incluso pulseras que detectan drogas de sumisión química. “Si alguien intenta anular la voluntad de una mujer, queremos que sepa que lo vamos a detectar”, explica.

La labor municipal es otro engranaje crucial. Quinzá destaca la coordinación constante con ayuntamientos, servicios sociales y agentes de igualdad: “El Ayuntamiento es la primera puerta. Nosotros somos el respaldo. Pero sin coordinación no hay eficacia”.

El acto contó con el respaldo de multitud de asociaciones y colectivos, además de numerosos particulares

A pesar del esfuerzo institucional, la secretaria autonómica subraya un mensaje que desea que cale en toda la sociedad: “La violencia de género no es un problema privado. Es un problema de todos”. Insiste en el valor del entorno para detectar, alertar y salvar vidas: “La víctima tarda de media nueve años en pedir ayuda. Su entorno lo sabe antes. Por eso decimos: si ella no puede denunciar, hazlo tú”.

El camino, reconoce, es largo. Pero su mensaje final es un compromiso: “No vamos a parar hasta ver el final de esta lacra. Queremos una Comunitat Valenciana donde ninguna mujer viva con miedo”.