València podría vivir veranos casi permanentes a finales de siglo. Las olas de calor ya no serán episodios excepcionales, sino parte habitual del clima mediterráneo. Y en el caso de València, la ciudad podría vivir veranos casi permanentes a finales de siglo debido a los efectos del cambio climático. Así lo advierte un estudio desarrollado por un equipo del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA). Tampbién participa el Departamento de Urbanismo de la Universitat Politècnica de València (UPV). Analiza la evolución histórica y futura de estos fenómenos en la ciudad de Valencia entre 1979 y 2100.
Este estudio ha sido publicado en la revista Urban Climate. Afirma que la frecuencia de olas de calor ha aumentado en las últimas décadas —con dos nuevos episodios por década desde 1979. Además, su duración media ha pasado de menos de diez a casi 25 días. Pero lo más preocupante es lo que podría ocurrir a finales de siglo: si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, València podría enfrentarse a una “temporada de calor” casi permanente.
“Estamos viendo cómo los veranos se alargan y los episodios de calor se intensifican. Si no se toman medidas urgentes de mitigación, la ciudad podría vivir hasta seis meses seguidos con riesgo térmico elevado. Alcanzando temperaturas que superen los 50 ºC”, explica Ana Fernández-Garza, investigadora del IIAMA y autora principal del estudio.
Más zonas verdes y reforzar los planes de emergencia sanitaria
El equipo investigador -formado por Ana Fernández-Garza, Eric Gielen, Manuel Pulido-Velázquez, Dariana Ávila-Velásquez, Adrià Rubio-Martín y Héctor Macián-Sorribes- trabaja en una revisión profunda de las estrategias urbanas y de salud pública.
Entre las medidas de adaptación recomendadas, proponen incrementar la vegetación y las superficies verdes, promover cubiertas frías y materiales reflectantes, crear refugios climáticos y sistemas de alerta temprana y diseñar políticas urbanas centradas en la salud y la equidad climática.
“El cambio climático no es un fenómeno futuro, es una realidad que ya afecta a nuestras ciudades. València, como otras ciudades mediterráneas, necesita prepararse para convivir con el calor extremo de forma segura y resiliente”, concluye Eric Gielen.
El estudio forma parte del proyecto europeo The HUT (Human-Tech Nexus – Building a Safe Haven to Cope with Climate Extremes), financiado por el programa Horizon Europe.












