La emoción de MotoGP no termina cuando los pilotos cruzan la línea de meta en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste. Este domingo, la gala de entrega de premios del Gran Premio Motul de la Comunitat Valenciana marcará un hito histórico: por primera vez, la ceremonia se celebrará a pie de pista y no en la ciudad de Valencia, y contará con la actuación del ícono mundial del reguetón Daddy Yankee.
Tras la finalización de las carreras, las puertas del circuito se abrirán a las 15:30 horas, dando inicio a un evento que combina deporte, música y espectáculo. DJ Nano será el encargado de ambientar la jornada con un show previo que se prolongará hasta las 18:30, momento en que arrancará la ceremonia central de los MotoGP Awards, donde se entregarán los títulos de Campeones del Mundo de MotoGP, Moto2 y Moto3, así como premios a los rookies y a los mejores equipos de la temporada 2025.
La novedad más esperada será la actuación de Daddy Yankee, que subirá al escenario tras la entrega de premios para ofrecer un concierto único en directo. El reguetón puertorriqueño llega tras el éxito de su reciente tema Sonríele, que ha alcanzado el número uno en la lista Billboard Latin Airplay en Estados Unidos. La actuación se realiza en colaboración con Smax Entertainment, con el objetivo de acercar el talento musical internacional a los aficionados y convertir la gala en un fenómeno cultural más allá de las carreras.
Una actuación única
Las entradas para asistir a la gala están a la venta desde 25 euros, y los 50 primeros compradores tendrán acceso a la alfombra roja, donde podrán ver a los pilotos de cerca, conseguir autógrafos y fotografías. El Circuit Ricardo Tormo continúa así su apuesta por acercar la experiencia del Gran Premio a los aficionados, convirtiendo la ceremonia anual de fin de temporada en un espectáculo abierto al público.
Más de 1.500 afortunados espectadores asistirán a la gala, que promete ser uno de los eventos más multitudinarios de la historia del Gran Premio de la Comunitat Valenciana, con Marc Márquez recibiendo su séptimo trofeo de Campeón del Mundo tras una temporada histórica de remontadas.
