Con una longitud de unos 260 metros, el paso subterráneo se recorrerá en poco más de tres minutos a pie. Su objetivo es facilitar los transbordos entre líneas y mejorar la conexión del centro con puntos tan transitados como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, L’Oceanogràfic o el Roig Arena.
El vicepresidente de Infraestructuras, Vicente Martínez Mus, ha confirmado que los trabajos se encuentran en su recta final. En las próximas semanas se completará la instalación de los equipos, acabados y señalética, junto con la reurbanización de la calle Alicante, que quedará totalmente abierta hasta enlazar con la Gran Vía Germanías.
Aunque la nueva conexión abrirá como paso peatonal, sus dimensiones permiten en un futuro el paso de tranvías, lo que daría continuidad a la Línea 10 hacia el corazón de la ciudad. La actuación, con una inversión de más de 24 millones de euros financiados por fondos europeos, forma parte del plan de modernización del transporte metropolitano previsto hasta 2030.
Tapices rodantes y diseño luminoso
El pasadizo contará con ocho tapices rodantes, cuatro por cada sentido, para agilizar el tránsito, al estilo de las estaciones de tren o aeropuertos. La parte central quedará libre para quienes prefieran caminar.
En cuanto al diseño, el túnel mantendrá la estética de la Línea 10, con un color predominante azul añil y paredes blancas para dar sensación de amplitud y luminosidad. Los accesos estarán equipados con escaleras mecánicas, ascensores y rampas adaptadas, garantizando la accesibilidad desde ambos vestíbulos.
El nuevo paso subterráneo conectará también con la Estación del Norte y dispondrá de una salida más cercana a la plaza del Ayuntamiento, facilitando los desplazamientos de miles de vecinos y turistas cada día. Se estima que beneficiará a los 6,5 millones de usuarios anuales de Xàtiva y al millón de viajeros que pasan por Alacant.












