La Dirección General de Tráfico (DGT) está a punto de culminar una de las reformas más importantes del Reglamento General de Circulación. Tras casi cinco años de trabajo y varios borradores, el nuevo texto afronta su última fase antes de su aprobación definitiva. Su entrada en vigor está prevista para el 2 de enero de 2026.
El objetivo de esta actualización es claro: reforzar la seguridad vial y proteger a los usuarios más vulnerables, como peatones, ciclistas, motoristas y conductores de vehículos de movilidad personal (VMP). Los cambios afectarán de forma directa a la movilidad urbana en ciudades como Valencia, donde los ayuntamientos tendrán que adaptar sus ordenanzas locales.
Así, las modificaciones impulsadas por la DGT afectarán tanto a profesionales del transporte (taxistas, repartidores o profesores de autoescuela) como a los usuarios de patinetes eléctricos y bicicletas.
Patinetes eléctricos y repartidores
Los patinetes eléctricos (VMP) deberán circular con las luces encendidas en todo momento, incluso durante el día. Habrá una moratoria de un año para que los usuarios puedan adaptarse.

Además, taxistas, repartidores y profesores de autoescuela estarán obligados a llevar cinturón de seguridad en vías urbanas, eliminando una exención que existía hasta ahora.
Los riders o repartidores en bici, moto o VMP también deberán usar chaleco reflectante en vías interurbanas, una medida que amplía la actual normativa limitada al ámbito urbano.
Motoristas y ciclistas
El nuevo reglamento detalla que el casco deberá llevarse siempre adecuadamente abrochado, aunque no será obligatorio el modelo integral. También se introduce la exigencia de guantes de protección y calzado cerrado para quienes conduzcan motocicletas.

Nuevas normas para adelantar y aparcar
Otra de las medidas destacadas afecta a la maniobra de adelantamiento: al superar a un vehículo detenido por emergencia o avería, habrá que reducir la velocidad al menos 20 km/h por debajo del límite de la vía. También será obligatorio mantener 1,5 metros de distancia lateral, incluso si es necesario ocupar el carril contrario.

Los ayuntamientos, incluido el de Valencia, dispondrán de dos años para adaptar sus ordenanzas de tráfico a las nuevas normas establecidas por la DGT.











