Cuando se cumple un año de la DANA que golpeó con fuerza la Comunitat Valenciana, BBVA recuerda aquellos días en los que la solidaridad y la agilidad marcaron la diferencia. La entidad financiera activó desde el primer momento un dispositivo especial para atender a clientes, empresas y ayuntamientos de las zonas más afectadas, combinando ayuda económica, asesoramiento y acompañamiento personal.
César Lorente, director de Transformación y Productividad de la Territorial Este de BBVA, explica que “la prioridad fue estar cerca de los afectados, escucharles y facilitarles soluciones sencillas”.
La entidad reabrió en cuestión de días las 22 oficinas dañadas por las inundaciones, aunque en municipios como Picassent, Albal, Benetússer o Algemesí tuvo que recurrir a oficinas móviles y vehículos cedidos por equipos internacionales para ofrecer servicios básicos como retirada de efectivo o atención personalizada.
Dinero en metálico sin comisiones para clientes y no clientes
BBVA también retiró las comisiones en toda su red de cajeros de la provincia para clientes y no clientes. De esta forma facilitaron el acceso a dinero en metálico en un momento en que buena parte del territorio carecía de electricidad.
A las medidas operativas se sumaron las económicas y sociales. Desde el primer día, BBVA ofreció líneas de crédito en condiciones especiales, impulsó una campaña de donaciones a través de Bizum que recaudó 7,5 millones de euros y realizó una aportación directa de 4 millones para los damnificados. Además, la entidad gestionó 153 millones en ayudas ICO. Esto supuso cerca del 40% del total tramitado por el sector financiero, una cifra muy superior a su cuota de mercado.
La atención personalizada fue otro pilar del plan de respuesta. Más de 100 profesionales del banco contactaron con 8.000 clientes para ofrecer moratorias en préstamos personales e hipotecarios. Unos 2.000 se acogieron a estas facilidades gracias a un proceso simplificado pensado para quienes habían perdido sus medios materiales.
La colaboración con instituciones fue constante. BBVA trabajó con el Consorcio de Compensación de Seguros, el ICO, el Banco de España y los ayuntamientos para coordinar las actuaciones. Además, puso a disposición de la Generalitat Valenciana un servicio tecnológico de identificación bancaria, desarrollado por su equipo de Open Banking. Así se permitió agilizar el pago de ayudas públicas y minimizar posibles fraudes.
“Aprendimos que la rapidez y la empatía son claves. La DANA demostró que la sociedad valenciana es resiliente y solidaria, y en BBVA también nos sentimos parte de esa comunidad”, resume Lorente.













